📸 Imagen cortesía Atlético Nacional
¿Fuera de lugar?
Este miércoles 3 de abril, en el Estadio Alfonso López de Bucaramanga, Atlético Nacional enfrentó una sanción que golpea más allá del marcador: la derrota por alineación indebida y una multa millonaria. El histórico club colombiano vio cómo su partido ante Atlético Bucaramanga se tornaba en una pesadilla reglamentaria.
Al minuto 76, la decisión del entrenador Javier Gandolfi de ingresar al ecuatoriano Billy Arce mientras ya estaban en cancha tres extranjeros –los uruguayos Camilo Cándido y Facundo Batista, y el argentino Juan Bauzá– provocó la infracción del artículo 83 del Código Disciplinario Único de Dimayor. El reglamento es claro: no más de tres jugadores foráneos pueden compartir el terreno de juego simultáneamente. La consecuencia formal no se hizo esperar: derrota decretada 3-0 y una sanción económica que supera los 28 millones de pesos, equivalentes a 20 salarios mínimos legales vigentes.
Este fallo, aún en trámite de oficialización tras la demanda formal presentada por Bucaramanga, no es un dato menor. Cambia el curso de la Liga BetPlay, afecta la diferencia de gol y el ánimo de un plantel acostumbrado a brillar incluso en escenarios internacionales. Un club con un legado futbolístico que ahora enfrenta el vacío dejado por un error técnico que raya en lo elemental.
El protagonista involuntario de este desliz es, indudablemente, el cuerpo técnico de Atlético Nacional. Javier Gandolfi, en rueda de prensa, no rehuye la responsabilidad: “No hay excusas para este error”, afirmó con un tono sobrio que pesa más que un gol en contra. La maniobra que congela la noche y desata la polémica no es sólo cuestión de números o reglamentos, sino de una falla en la rigurosidad y atención al detalle en un deporte donde hasta el más pequeño descuido puede erosionar la confianza y las aspiraciones.
Mientras tanto, la campaña verdolaga continúa, pero bajo la sombra de un precedente que invita a la reflexión: ¿cómo un club de tal envergadura puede permitirse un error de este calibre? La sanción no sólo queda en la pérdida de tres puntos y la multa económica, sino en el interrogante sobre la eficiencia de sus procesos internos y el peso que tiene la normativa que rige el fútbol colombiano.
¿Podrá Atlético Nacional aprender de esta amarga experiencia y ajustar su brújula disciplinaria? La cancha sigue siendo un espacio donde la excelencia deportiva y el respeto a las reglas deben ir de la mano, porque al final, la memoria del aficionado guarda tanto las victorias como esos tropiezos inesperados.