📸 Imagen cortesĂa: D.R.A.
Ocho vidas apagadas en las llamas de Funza
La noche del lunes 16 de septiembre de 2025, un incendio devorĂł la estaciĂłn de PolicĂa de Funza, Cundinamarca, dejando un saldo trágico de ocho muertos y varios heridos graves. Entre las vĂctimas, la Ăşltima en sucumbir fue Édgar Nicolás JimĂ©nez Leyton, un joven de 25 años, quien pese a las horas de atenciĂłn mĂ©dica intensa en el hospital San Rafael de Facatativá, perdiĂł la lucha contra las complicaciones respiratorias.
El origen del desastre parece estar anclado en la tensiĂłn y la desesperaciĂłn: una riña entre internos detenidos desencadenĂł una acciĂłn desesperada y fatal. Utilizando un encendedor, se prendieron colchones acumulados contra las rejas, generando una densa nube de humo tĂłxico que rápidamente se propagĂł por las celdas. En ese espacio reducido, donde apenas 13 personas estaban recluidas, el humo se convirtiĂł en un enemigo invisible y letal. Los heridos, muchos con severas lesiones respiratorias, fueron trasladados de urgencia a hospitales de Funza, Facatativá y Bogotá, mientras cuatro permanecen en estado crĂtico.
Este drama no solo ha dejado un saldo humano devastador, sino que ha expuesto una posible falla en la administraciĂłn y el cuidado institucional. La ProcuradurĂa General de la NaciĂłn, bajo la direcciĂłn del procurador delegado para los Derechos Humanos, NĂ©stor Iván Osuna, ha abierto una investigaciĂłn disciplinaria que busca esclarecer la presunta negligencia en el control de materiales inflamables en las celdas. Asimismo, la FiscalĂa de la Unidad de Vida y la Justicia Penal Militar se han sumado al proceso, tratando de identificar a los responsables y entender cĂłmo se permitiĂł que esta tragedia ocurriera.
Las crĂticas no se han hecho esperar. Organismos de derechos humanos, alarmados por el insuficiente control y la aparente vulnerabilidad en los protocolos de custodia, demandan respuestas claras y una revisiĂłn profunda de las condiciones en que se mantiene a los internos. La ciudadanĂa observa con creciente preocupaciĂłn, preguntándose si las instituciones están preparadas para proteger la vida y la dignidad incluso en circunstancias tan difĂciles.
Este incendio va más allá de una cifra trágica. Es un recordatorio cruel de las sombras que persisten en el sistema penitenciario y de justicia de Colombia. ÂżPodrán las investigaciones arrojar luz en medio de tanta opacidad? ÂżQuĂ© garantĂas habrá para que estas muertes no queden en el silencio de la impunidad? Mientras tanto, el dolor permanece, como una llamarada que no se extingue.