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¿Tregua en la noche de Gaza?
En la madrugada del 23 de septiembre, una carta inesperada cruzó fronteras y tensiones: Hamás ofreció al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, una tregua de 60 días en la Franja de Gaza. La condición es la liberación de la mitad de los rehenes israelíes que aún tiene en su poder.
El grupo islamista plantea entregar cerca de 24 de los 48 cautivos, que incluyen ciudadanos israelíes y estadounidenses, a cambio de una pausa en las hostilidades que han marcado la vida en Gaza durante años. La propuesta llega en un momento de estancamiento en las negociaciones internacionales, cuando el mundo observa con creciente inquietud la escalada militar y la crisis humanitaria que se profundiza día a día.
Lo novedoso no es solo la oferta, sino el receptor: Hamás eligió dirigirse directamente a Donald Trump, quien no ocupa ya ningún cargo oficial, pero a quien el grupo ve aún como un actor con poder para influir en Israel y en el curso del conflicto. En las últimas semanas, Trump ha instado públicamente a Israel a endurecer su ofensiva contra Hamás, condicionando la liberación de los rehenes a la destrucción total del movimiento palestino.
Medios como The Jerusalem Post y Axios subrayan que, aunque la propuesta de Hamás refleja diálogos previos impulsados por mediadores internacionales, el mensaje personal a Trump rompe esquemas y abre nuevas dudas: ¿Busca el grupo un cambio de interlocutor? ¿Confía en que la influencia del expresidente pueda destrabar el bloqueo diplomático?
Mientras tanto, Israel mantiene su campaña militar en Gaza, que lleva ya casi dos años intensificándose sin solución a la vista. La presión es doble: por un lado, existen advertencias constantes sobre el riesgo humanitario que sufren los civiles y los rehenes atrapados en la violencia; por otro, las protestas masivas en Israel, con más de 200.000 personas en las calles, exigen acuerdos inmediatos para evitar una ofensiva aún más brutal.
Esta oferta, por tanto, se inserta en un escenario complicado, cargado de incertidumbre y prisas. ¿Podrá la tregua propuesta por Hamás a Trump abrir paso a una negociación real? ¿O quedará en una nueva estrategia de tensión que prolongue el drama de Gaza y sus habitantes?
El silencio oficial, tanto desde Tel Aviv como desde Washington, es profundo por ahora, mientras la comunidad internacional observa y espera que una solución que ponga fin al ciclo de violencia no sea solo una esperanza frágil en el aire.
