En Antioquia van 32 extranjeros inadmitidos por alertas de Ángel Watch

📸 Imagen cortesía
¿Quién vigila la infancia detrás de las fronteras?

Este martes 23 de septiembre, en medio del Día Internacional contra la Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes, Antioquia revela una batalla menos visible pero decisiva.

En lo que va de 2025, 32 extranjeros han sido frenados en seco a las puertas de Colombia, inadmitidos gracias a alertas enviadas por Ángel Watch, un sistema internacional diseñado para identificar a personas investigadas o condenadas por delitos sexuales contra menores. Este mecanismo no solo vigila el ingreso al territorio sino que se integra en una estrategia conjunta para proteger a la infancia en el departamento, sobre todo en un contexto donde la explotación infantil sigue siendo un drama latente.

Migración Colombia, junto al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), opera este sistema que activa alarmas en tiempo real cuando alguien con antecedentes por abuso sexual infantil intenta pisar suelo colombiano. Así, escenarios como el Aeropuerto Internacional José María Córdova, en Rionegro, se convierten en murallas donde se aplican protocolos estrictos para impedir el paso inmediato de estos individuos. Se trata de un esfuerzo coordinado que involucra a la Embajada de EE.UU. e Interpol, una red que bloquea silenciosamente la entrada de posibles ofensores.

Pero la lucha no termina ahí. Entre los 171 extranjeros que la regional Antioquia-Chocó de Migración Colombia ha inadmitido por diversas razones este año, los delitos sexuales contra menores forman una sombra persistente. Solo en el primer trimestre, seis estadounidenses fueron detectados por Ángel Watch y rechazados, junto a otros ciudadanos de múltiples nacionalidades.

Mientras tanto, Isabel Cristina Londoño, gerente de la Unidad de Programas Sociales de Antioquia, revela otra cifra inquietante: 92 casos reportados de explotación sexual infantil en el departamento durante 2025, especialmente en el Valle de Aburrá. Sin embargo, advierte que el subregistro es elevado, y esa cifra podría estar lejos de la realidad. A nivel nacional, las denuncias suman 418, una evidencia clara de que esta problemática no sólo atraviesa fronteras humanas sino también institucionales.

¿Será suficiente esta red de alertas para evitar que el daño cruce las fronteras? En un país que aún lucha por esclarecer y erradicar la explotación sexual infantil, el sistema Ángel Watch emerge como un guardián silencioso, pero la pregunta persiste: ¿podrán las autoridades convertir cada inadmisión en un paso firme hacia la protección real e integral de la infancia?

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