📸 Imagen cortesía @corpades
La mina que encierra esperanzas
Este lunes 22 de septiembre, en el corazón de Segovia, Antioquia, un túnel en la mina de oro La Reliquia cedió, dejando atrapados a veintitrés mineros bajo tierra.
Era cerca de las 11:00 a.m. cuando un derrumbe de unos quince metros bloqueó el acceso principal, a ochenta metros bajo la superficie. Lo que debía ser un día de trabajo se volvió un combate por la vida en un espacio oscuro y encastrado entre rocas inestables.
La empresa operadora, La Reliquia SAS, filial de Aris Mining, activó de inmediato los protocolos de emergencia y solicitó auxilio a la Agencia Nacional de Minería (ANM). Esta desplazó a su equipo especializado en seguridad y salvamento minero para reforzar un rescate que avanza con suma cautela. La prioridad es clara: garantizar la seguridad de los mineros atrapados y de los rescatistas que desafían la inestabilidad del terreno.
En el interior, cinco empleados directos y otros trabajadores tercerizados luchan contra el encierro. A pesar del temor que cala en sus familias, mantienen contacto constante, reciben alimentos, agua, mantas térmicas y oxígeno a través de la ventilación que sigue funcionando con esmero. Hamlet Patiño, personero municipal, ha confirmado que están en buen estado de salud y reciben asistencia médica por vía telefónica.
Las manos que trabajan en la superficie remueven con paciencia y esfuerzo el material obstaculizador, asegurando la columna de tierra antes de avanzar. Cada movimiento es calculado, cada instante guarda la tensión de una espera que se prolonga entre la incertidumbre y la esperanza.
La Reliquia no solo alberga oro; en estos momentos, encierra vidas y el anhelo de un rescate que aún debe hacerse realidad. Y en Segovia, mientras el mundo contempla, se preguntan si la tierra permitirá que los atrapados recuperen la luz. ¿Lograrán salir antes de que el tiempo, tan implacable, se vuelva su enemigo más cruel?