📸 Imagen cortesía: Presidencia de Cuba
¿Paz en la tormenta?
Este jueves 25 de septiembre de 2025, en medio de la creciente tensión en el mar Caribe, el Gobierno de Cuba aseguró que no habrá guerra con Estados Unidos, a pesar del respaldo político inquebrantable a Venezuela y el reciente despliegue militar estadounidense en la región.
La voz oficial la dio Carlos Fernández de Cossío, vicecanciller cubano, en una entrevista transmitida desde La Habana. Con firmeza y precisión, aclaró que el apoyo cubano al gobierno venezolano se mantiene en el terreno político —“no implica participación militar ni confrontación armada con Washington”—, un mensaje que parece responder a inquietudes internacionales sobre la posibilidad de un choque directo. Este respaldo, insistió, es un compromiso político que no traspasará líneas bélicas, incluso ante posibles escaladas en la región relacionadas con Venezuela.
Las tensiones se han cristalizado en los últimos meses tras el despliegue de fuerzas militares estadounidenses cerca de Venezuela, una maniobra que La Habana calificó de “demostración de fuerza” y “amenaza a la soberanía” latinoamericana y caribeña. Ante esta fractura regional, Fernández de Cossío evocó el principio cubano de mantener América Latina como una «Zona de Paz», en consonancia con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y subrayó los valores de no injerencia y respeto mutuo como ejes de su política exterior.
Estas declaraciones llegan en un momento delicado para las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que, aunque marcadas por décadas de tensión, han mantenido —desde la reapertura de canales diplomáticos en 2015— un diálogo distante pero activo, que hoy enfrenta el reto de no dejarse arrastrar hacia confrontaciones abiertas pese a diferencias políticas persistentes.
La advertencia cubana no solo adopta la forma de palabras diplomáticas sino que provoca una reflexión más amplia: ¿puede sostenerse la calma en una región donde las fuerzas militares se despliegan y las alianzas se tensan? Mientras la sombra de un conflicto parece asomar en el Caribe, la postura de Cuba es clara: respaldar a Venezuela sin cruzar el umbral de la guerra. ¿Será suficiente este equilibrio para contener la vorágine geopolítica que se avecina?
La incertidumbre persiste, pero la esperanza de que la voz de la razón prevalezca continúa viva en La Habana y en buena parte del continente. Entre declaraciones y despliegues, la pregunta queda en el aire: ¿podrán América Latina y el Caribe permanecer como una verdadera “Zona de Paz”?
— Andrea Sierra