📸 Imagen cortesía EFE – Benjamín Hernández
**¿Sueño tricolor desvanecido?**
Silencio en Talca.
Este miércoles 2 de octubre, la Selección Colombia Sub-20 enfrentó a Noruega en el estadio de Talca, Chile, en un encuentro decisivo del Grupo F del Mundial Sub-20. El pitazo final decretó un empate sin goles que mantiene viva la esperanza, pero deja preguntas sobre la eficacia del equipo dirigido por César Torres.
Desde el inicio, Colombia desplegó un juego de posesión ordenada, buscando controlar el ritmo. Sin embargo, Noruega respondió con una defensa compacta y una presión alta que complicó la salida tricolor. La tensión escaló cuando los europeos tuvieron un penalti a favor, que tras la intervención del VAR fue anulado, evitando que abrieran el marcador y manteniendo el equilibrio en el partido.
En la segunda mitad, Colombia recuperó protagonismo ofensivo. Con mayor volumen de llegadas, resurgieron opciones claras para romper el cero. Néiser Villarreal estrelló una volea en el travesaño, y otros volantes como Yéimar Mosquera, Jordan Barrera y Óscar Perea presionaron constantemente la meta defendida por el noruego Einar Bøe Fauskanger. Precisamente, las intervenciones del guardameta se convirtieron en el muro infranqueable que impidió la ventaja colombiana.
Los números del partido reflejan esta dinámica: más de quince aproximaciones por parte de Colombia frente a menos de cinco de Noruega. Pese a la superioridad en territorio y ocasiones, la falta de puntería y la figura noruega provocaron que el marcador quedara inmóvil. En los minutos finales, un insistente asedio tricolor lanzó a Joel Romero por la banda derecha, pero la defensa y el cansancio privaron de quebrar el empate.
Con ambos equipos empatados en tres puntos y diferencia de gol +1, la situación se torna tensa y abierta. La clasificación a octavos depende no solo del esfuerzo y calidad, sino también de la concreción y astucia en momentos decisivos. Más allá del resultado, queda la incertidumbre sobre cómo el equipo colombiano superará sus barreras ofensivas y si logrará transformar la posesión en goles cuando más importe.
¿Podrá Colombia hallar el rumbo para liderar su grupo y evitar que el sueño mundialista se desvanezca? Por ahora, la respuesta está suspendida entre la esperanza y la necesidad de madurar futbolísticamente bajo presión. El Mundial Sub-20 continuará y la tricolor deberá reconectar con su instinto ganador. Pero este empate silencioso en Talca deja una pregunta inquietante: ¿será suficiente?