📸 Imagen cortesĂa
¡Qué violencia, qué tristeza!
Este lunes 14 de octubre de 2025, en la tranquila noche del parque principal de Rionegro, Antioquia, un acto de valentĂa terminĂł en agresiĂłn brutal.
Un operario de barrido de la empresa Verde Limpio, encargado de mantener la limpieza en el centro de este municipio, sufriĂł una golpiza despiadada tras llamar la atenciĂłn a tres hombres por arrojar basura en la vĂa pĂşblica. La denuncia del trabajador, que buscaba respetar el orden y la convivencia, provocĂł una reacciĂłn violenta que fue captada por las cámaras de seguridad del lugar.
Los agresores, identificados gracias al monitoreo y la rápida acciĂłn policial, atacaron al trabajador hasta causarle fracturas faciales y la pĂ©rdida de varias piezas dentales. La escena, lejos de ser un hecho aislado, refleja un vacĂo de respeto y civismo que golpea no solo a la vĂctima sino a toda la comunidad. La empresa Verde Limpio y la AlcaldĂa de Rionegro condenaron el episodio con firmeza, prometiendo acompañar a la vĂctima y su familia mientras las autoridades avanzan en la investigaciĂłn y judicializaciĂłn de los responsables.
El alcalde Jorge Rivas Urrea habló claro: “Condenamos con firmeza estos hechos y llamamos a las autoridades a actuar con determinación y ejemplaridad”. Carolina Tejada, secretaria de Gobierno, confirmó la captura de los atacantes, dando un respiro de esperanza al reclamo popular por justicia. Sin embargo, el suceso deja en evidencia la fragilidad de los espacios públicos y la necesidad urgente de construir una cultura que proteja a quienes, con dignidad, trabajan por el bienestar colectivo.
La noche de Rionegro se vio empañada por la violencia y la intolerancia. Y la pregunta que queda flotando en el aire es inevitable: ÂżquĂ© sociedad será aquella que permite que alguien sea herido por mantenerla limpia? El dolor de la vĂctima, y la rabia de la comunidad, llaman a esclarecer no solo los hechos, sino tambiĂ©n las heridas más profundas de la convivencia. ÂżPodrá Rionegro transformar esta herida en un punto de inflexiĂłn? Mientras tanto, el trabajador agredido espera la justicia que deberĂa ser, siempre, un derecho de todos.