📸 Imagen cortesía El Colombiano – Camiloa Suárez
¿Espacio público o privada disputa?
Este jueves 16 de octubre de 2025, Medellín se sacudió con una investigación que pone en jaque la administración del territorio público. La Procuraduría General de la Nación abrió pliego de cargos contra siete exfuncionarios de la Alcaldía, señalados por presuntas irregularidades en los trámites relacionados con el predio Aguas Vivas, un lote emblemático del sector El Poblado.
Entre los investigados figuran nombres de peso como Carlos Mario Montoya, exsecretario de Gestión Territorial, y Fabio Andrés García Trujillo, exsubsecretario de Ejecución Contractual. También enfrentan señalamientos Natalia Andrea Jiménez Pérez, Alethia Arango Gil, Leidy Jiménez Echavarría, Yina Pedraza Gómez e Ingrid González Montoya, quienes conformaban el Comité de Conciliación del Distrito. La Procuraduría sostiene que habrían permitido, sin clara justificación jurídica, que un terreno declarado para uso público en 2019 —cuando fue cedido al Distrito mediante escritura pública 5762— regresara a manos privadas.
¿Por qué importa este predio? La escritura que formalizó la cesión en 2019 tenía fines explícitos: convertir Aguas Vivas en un espacio para el disfrute ciudadano, un pulmón verde para El Poblado. Sin embargo, las irregularidades en la devolución del lote han provocado alarma, pues la operación podría representar un perjuicio para el patrimonio distrital, un despojo disfrazado de trámite administrativo que erosiona la confianza en la gestión pública.
Los hechos se concentran entre 2019 y años siguientes en Medellín, y revelan una cadena de decisiones cuestionables. La Procuraduría enfatiza en que las responsabilidades caen sobre quienes debieron custodiar el bien común y quienes, en cambio, facilitaron su eventual pérdida.
Frente a esto, ¿qué garantías hay para proteger el patrimonio público ante procesos opacos? ¿Podrá Medellín evitar que la tierra pensada para el ciudadano se convierta en mercancía privada? La Procuraduría abre camino para esclarecer, pero la sombra de la duda persiste y la ciudad espera respuestas que vayan más allá del papel. Porque, al final, recuperar la confianza es tan vital como conservar el espacio público mismo.