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### ¿Ley seca sí, ley seca no?
Este fin de semana, Colombia se prepara para elegir a los jóvenes que representarán los consejos municipales y locales de juventud. Pero junto a las urnas, en varias ciudades también se debate la imposición de la ley seca, una medida que regirá desde las 6:00 p.m. del sábado 18 de octubre hasta las 6:00 a.m. del lunes 20, aunque en Medellín, sorprendiendo a más de uno, la bebida no quedará fuera del alcance.
La ley seca, esa restricción temporal que prohíbe vender y consumir alcohol en bares, tiendas, restaurantes y otros espacios públicos, se enciende como un faro preventivo ante la posibilidad de que el alcohol desate conflictos durante los comicios. No es un castigo generalizado, sino una decisión tomada a nivel municipal, donde cada alcaldía evalúa las condiciones locales para dictaminar si esta medida es necesaria, buscando evitar disturbios y preservar el orden público.
Así, mientras ciudades como Cartagena, Yopal, Ciénaga, Montería, Mosquera, Soledad, Ibagué y Palmira ya confirmaron la medida, Medellín, Cali y Barranquilla optaron por no imponerla. En Bogotá, el alcalde Carlos Fernando Galán también descartó la ley seca, argumentando que las condiciones en la capital no la justifican. Esta dispersión de criterios refleja un país diverso, donde las autoridades ajustan sus decisiones de seguridad a realidades bien distintas.
“El uso o la abstención de la ley seca dependerá de cada alcaldía”, precisó el medio El Colombiano, subrayando esta descentralización que busca evitar soluciones uniformes para problemas locales disímiles. No es solo una cuestión de política, sino de entender cómo cada ciudad lee el pulso social durante las elecciones.
Pero esta medida conlleva consecuencias: quienes incumplan la ley seca arriesgan multas significativas, un recordatorio de que en tiempos electorales el control se endurece, aunque no siempre de la misma manera ni en todas partes.
Al final, la ley seca no solo dibuja un mapa de restricciones, sino que revela algo más profundo: las dudas y tensiones que aún persisten sobre cómo cuidar la calma en momentos en que la democracia pone su reflejo frente al espejo. ¿Qué ciudad escoge prevenir y cuáles optan por confiar en la moderación? Esa es la pregunta que estas jornadas electorales nos ponen sobre la mesa.