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¿Oro rodante desde Beijing?
La noche del 28 de octubre de 2025, en el Gimnasio Integral del Distrito Yanqing, Beijing, una chispa hizo vibrar no solo el suelo de China, sino también el alma del deporte colombiano. Brayan Carreño, con la elegancia de un poeta sobre ruedas, se coronó campeón mundial en solo danza sénior varones, un título nunca antes alcanzado por su país en esta disciplina.
En una contienda donde 20 atletas de 12 naciones desafiaron sus límites, Carreño logró una puntuación total de 161.22 puntos, rozando la gloria por apenas 0.13 unidades sobre el italiano Gherardo Altieri Degrassi. Su actuación no fue solo técnica; fue un relato emotivo interpretado al ritmo de “Se nos rompió el amor”, tema de David Bisbal que, desde el primer acorde, expuso la expresividad y precisión que envuelve al caleño. Bastaron 70.07 puntos en la danza obligatoria y 91.15 en la rutina libre para que Colombia extendiera su liderazgo en el patinaje artístico sobre ruedas, reconocido por la Federación Colombiana de Patinaje como un “pintar de oro”.
La gesta de Carreño transcurrió en un contexto internacional exigente, donde cada movimiento cuenta y cada gesto pesa. No solo se trató de movimientos y giros; el campeonato fue también un espejo que reflejó el auge y la madurez de un deporte que ha logrado abrirse paso en la arena global. “Desde su expresión artística hasta la perfección técnica, Carreño demostró ser un estandarte del patinaje latinoamericano”, escribieron medios como Publimetro.
Pero la victoria colombiana no terminó allí. La delegación tricolor sumó más brillo con la plata de Jeshua Folleco en solo danza júnior, y la promesa que surge en la dupla de Folleco y María Paula Muñoz, delineando un mapa de futuro para un deporte que comienza a consolidar su historia en nuestro país.
¿Será este oro el viento que impulse a Colombia a nuevas alturas, o un hito aislado en el tiempo? Mientras las ruedas giran, la esperanza y el orgullo rodante permanecen firmes, como la noche que hizo vibrar Beijing y abrió un camino de oro latente para muchas generaciones por venir.


