Trump amenaza “ir por tierra” tras bombardeos narco-lanchas

📸 Imagen cortesía: Imagen tomada de la cuenta de X de la Casa Blanca
¿Guerra sin fronteras?

Este lunes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló un escalamiento en la estrategia antidrogas de su administración: no solo seguirán los ataques navales en aguas latinoamericanas, sino que ahora impulsarán operaciones terrestres en la región. Esta decisión llega luego de una serie de bombardeos contra narcolanchas en el Caribe y el Pacífico que, desde septiembre, han cobrado la vida de 57 personas.

Desde mediados de septiembre, las costas del Pacífico colombiano y áreas próximas a Panamá se han convertido en el escenario de una agresiva campaña conocida como “Operación Marea Limpia”. Trump ha defendido las intervenciones navales como un duro golpe a las redes criminales transnacionales que trafican en la región. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, fue aún más enfático al calificar a los cárteles de la droga como “el Al Qaeda del hemisferio occidental”. Sin embargo, la sombra del conflicto se extiende más allá del combate al narcotráfico.

En medio de esta ofensiva, la tensión diplomática con Colombia se ha disparado. Gustavo Petro, presidente colombiano, ha denunciado los ataques marítimos como “crímenes de guerra” y ha cuestionado la verdadera intención de las operaciones, señalando que más que incautar cocaína, parecen buscar “atacar intereses estratégicos como el petróleo”. La preocupación por la violación de la soberanía y los derechos humanos, desde Bogotá, se ha hecho cada vez más palpable.

Trump justifica la expansión hacia operaciones terrestres argumentando que, ante la presión en el mar, los narcotraficantes modifican sus rutas, adentrándose en territorios internos para mantener sus negocios. Así, la guerra que parecía confinada a los mares, amenaza con profundizarse en tierras latinoamericanas, abriendo un capítulo imprevisible para la seguridad regional.

Estas acciones, autorizadas por la Casa Blanca y materializadas con fuerza letal contra embarcaciones sospechosas, señalan una deriva que va más allá del combate contra el narcotráfico. La escalada abre preguntas inquietantes: ¿hasta dónde llegarán estas operaciones? ¿Qué costo tendrán para la soberanía y la estabilidad en América Latina? Y, sobre todo, ¿podrá la diplomacia contener una confrontación que crece en complejidad y consecuencias?

Mientras tanto, la región observa con inquietud cómo la llamada “Operación Marea Limpia” podría convertirse en un conflicto sin fronteras, donde la guerra contra las drogas se entrelaza con disputas geopolíticas y humanas. ¿Podrá la esperanza sobrevivir en este reposado mar de tensiones?

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