📸 Cortesía: Redes Sociales María José Ardila
¿Reto mortal entre tragos?
Un jueves cualquiera de octubre, la noche en Cali se tiñó de tragedia. Fue el 30 de octubre de 2025 cuando María José Ardila, una joven de apenas 23 años, decidió aceptar un desafío que cambiaría su vida para siempre.
María José, junto a dos amigas, había salido a celebrar su cumpleaños en una discoteca local, escenario donde se ofrecía un reto extremo: consumir, en poco tiempo, múltiples rondas de ron, aguardiente, tequila, whisky, cerveza y cócteles llamados «cucarachos». La recompensa prometida: 1.500.000 pesos colombianos. Sin embargo, lo que parecía una noche de festejo se tornó en una tragedia inimaginable.
Durante la última fase del desafío, cuando apenas quedaban tres a cinco tragos para completar, María José empezó a sentir un malestar profundo. Según testigos, expresó que el trago le sabía “horrible”, y poco después perdió el conocimiento. Lo que siguió fue un cuadro desesperante: vómito, broncoaspiración y un paro respiratorio. Estuvo casi 17 minutos sin respirar antes de que un vehículo particular la llevara de urgencia a un hospital, donde pese a los esfuerzos médicos por reanimarla y entubarla, fue diagnosticada con muerte cerebral.
Este lamentable desenlace no solo desnuda una desafiante imprudencia, sino también la ausencia alarmante de protocolos y medidas de emergencia. Andrés Ardila, padre de María José, denunció la falta de personal paramédico o ambulancia en el establecimiento. “No hubo nadie que la atendiera, ni primeros auxilios, ni ambulancia. Fue cero empatía con mi hija”, declaró con dolor a medios nacionales.
La muerte de María José plantea más preguntas que respuestas: ¿qué tanto se está regulando la seguridad en la vida nocturna? ¿Qué mecanismos existen para evitar que el entretenimiento se convierta en riesgo letal? La familia anunció acciones legales y exige a las autoridades una revisión exhaustiva de estos eventos. Mientras tanto, el vacío y el dolor permanecen, recordándonos el costo que puede tener un reto que va más allá del vértigo y la diversión. ¿Podrá la justicia y la sociedad prevenir otra tragedia semejante?


