📸 Imagen cortesía: Cuenta de X de Indepaz
¿Violencia sin tregua en Corinto?
La noche del 3 de noviembre de 2025, el tranquilo municipio de Corinto, en Cauca, quedó marcado por la brutal irrupción de un grupo armado en “El Cantinazo”, un establecimiento que hasta entonces era refugio de convivencia para sus habitantes.
Cuatro personas —dos mujeres y dos hombres, entre ellos una menor de edad— fueron asesinadas sin mediar palabra mientras compartían. Otras tres resultaron heridas en el ataque perpetrado por hombres que llegaron en una camioneta y abrieron fuego indiscriminadamente. Los fallecidos han sido identificados como Yoselín Mosquera, Paula Andrea Ríos, Gustavo Conda y Ómar Guachetá. Los heridos fueron trasladados con urgencia a hospitales en Corinto y Cali, algunos en estado crítico.
Este acto de violencia no es un hecho aislado, sino la última manifestación de una escalada que atormenta a la región. Según las autoridades y organizaciones de derechos humanos, el ataque corresponde a las disidencias de las FARC, específicamente el frente Dagoberto Ramos, bajo el liderazgo del alias “Iván Mordisco”. La confrontación por el control territorial y las economías ilegales en Cauca genera un ambiente de tensión insoportable y un vacío de seguridad palpable para las comunidades locales.
Las investigaciones están en marcha por parte del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y las autoridades locales, mientras que el Ejército Nacional y la Policía reforzaron la presencia en la zona tras la masacre. Sin embargo, esta tragedia eleva a 67 el número de masacres en Colombia en lo que va de 2025, con al menos doce solo en Cauca, reflejo de una violencia que no parece ceder.
Cabe recordar que la Defensoría del Pueblo había emitido la Alerta Temprana 013/25, señalando los municipios como Corinto donde el riesgo extremo es resultado de la imposición de normas ilegales, el control social forzado, el reclutamiento y las restricciones a la movilidad, producto de la confrontación armada presente en la región. Las palabras se hicieron trágicamente carne en esa noche de noviembre.
¿Logrará el Estado frenar este ciclo de violencia que erosiona la vida y la esperanza en los territorios más vulnerables? Mientras tanto, la comunidad de Corinto queda a la espera, entre el dolor y la incertidumbre.


