Perú y México rompen relaciones: se agrava tensión diplomática

📸 Imagen cortesía: Imagen de referencia. Creada con IA
[PERÚ ROMPE PUENTES: LA CRISIS CON MÉXICO LLEGA A SU PUNTO MÁS ÁLGIDO]

Un adiós anunciado, pero que golpea hondo.

Lima, 3 de noviembre de 2025 – Perú anunció de forma definitiva la ruptura total de relaciones diplomáticas con México, una decisión que pone fin a una escalada de tensiones que empezó a gestarse en 2022 y que deja un vacío profundo en el entramado político entre ambos países.

El hecho ocurrió este lunes cuando Hugo de Zela, ministro peruano de Relaciones Exteriores, comunicó en conferencia de prensa desde Lima que México concedió asilo político a Betssy Chávez, ex primera ministra bajo el gobierno de Pedro Castillo. Chávez está procesada por delitos graves —rebelión y conspiración— vinculados al intento fallido de golpe de Estado ocurrido en diciembre de 2022, contexto en el que se ha enquistado esta crisis diplomática. De Zela definió la acción mexicana como un “acto inamistoso” y una “inaceptable injerencia” en los asuntos internos de Perú, dejando claro que la ruptura no fue una reacción impulsiva, sino la culminación de meses de deterioro en las relaciones bilaterales.

El presidente José Jerí respaldó la medida y, en línea con esta decisión, ordenó a Karla Ornela, encargada de la Embajada Mexicana en Perú, que abandone el país en un plazo inmediato, aunque no se especificó con precisión cuánto tiempo tiene para hacerlo. Este gesto es la demostración más explícita del quiebre que ha ido erosionando la confianza entre ambas naciones.

Desde 2023, la relación diplomática ya navegaba en aguas turbulentas. Ambos países se habían visto reducidos a mantener sólo encargados de negocios tras la retirada y expulsión mutua de embajadores. Perú, cansado de lo que consideraba una interferencia mexicana, declaró “personas non gratas” a varios diplomáticos en respuesta a los pronunciamientos y apoyos públicos de altos mandatarios mexicanos —entre ellos, Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum— a Pedro Castillo y su círculo político, incluso después de su destitución y proceso judicial.

Con esta ruptura, sólo se mantendrán canales consulares, vitales para atender a ciudadanos y servicios básicos, pero cesan formalmente las comunicaciones políticas y diplomáticas. Es un apagón institucional que refleja no solo un desacuerdo puntual, sino un vacío profundo en la coexistencia política regional.

¿Podrán Perú y México superar este conflicto y reconstruir puentes entre tanta desconfianza? Por ahora, el silencio diplomático se impone, dejando abierta una pregunta incómoda para el futuro de la integración y la cooperación en América Latina.

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