📸 Imagen cortesía Alcaldía de Medellín
¿Un Atanasio para el mundo?
Este miércoles 5 de noviembre de 2025, Medellín despertó con la promesa de transformación. El alcalde Federico Gutiérrez Zuluaga reveló un ambicioso plan: la modernización total del estadio Atanasio Girardot, corazón deportivo y social de la ciudad.
La obra, que superará los $750.000 millones de pesos financiados íntegramente con recursos públicos, promete convertir el emblemático escenario en el más grande de Colombia, ampliando su capacidad de 45.200 a 60.000 espectadores. No se trata solo de números, sino de un cambio estructural radical: un tercer nivel en tribuna, una cubierta completa que cubre más de 31.000 metros cuadrados para proteger a los asistentes del sol y la lluvia, y la renovación de 40.000 metros cuadrados del espacio público circundante, para que el entorno respire modernidad y comodidad.
Pero la intervención va más allá de la infraestructura. Los camerinos, baños, locales comerciales, palcos y cabinas de prensa recibirán una actualización total, mientras que las redes eléctricas e hidrosanitarias se renovarán por completo. El estadio estrenará también una fachada de 23.000 metros cuadrados y tecnología de punta: cámaras de reconocimiento facial y sistemas de iluminación internos al nivel de los grandes escenarios internacionales.
En sus declaraciones, el alcalde subrayó un compromiso más profundo: “Será un estadio de talla mundial, 100 % público y de los medellinenses. No solo transformaremos la infraestructura, también lo social, porque este espacio debe ser ejemplo de convivencia y respeto.” La anunciada integración de los vendedores informales del entorno, quienes serán capacitados para convertirse en comerciantes formales dentro del nuevo complejo, asoma una intención de inclusión pocas veces vista en proyectos de esta magnitud.
Las obras están previstas para comenzar entre mayo y junio de 2026, después de estudios de suelos y evaluaciones técnicas. Mientras tanto, Medellín observa cómo su emblemático Atanasio Girardot se prepara para un cambio que va más allá del cemento y el acero: un cambio que busca resignificar un espacio que es, para muchos, el latido mismo de la ciudad.
¿Logrará esta modernización no solo elevar la infraestructura, sino también fortalecer el tejido social que alrededor del estadio palpita? La respuesta, como siempre, estará en la cancha y en las calles.


