📸 Imagen cortesía @DIM_Oficial
¿Partido en pausa, club en jaque?
Este viernes 7 de noviembre de 2025, en el estadio Hernán Ramírez Villegas de Pereira, el Deportivo Pereira debería enfrentar al Deportivo Independiente Medellín. Pero la incertidumbre envuelve el encuentro: el Ministerio de Trabajo suspendió al club por deudas salariales impagas, dejando en el aire el partido programado.
La medida, emitida el 30 de octubre, responde a múltiples incumplimientos reiterados: salarios atrasados, aportes a seguridad social y pagos por recargos dominicales y festivos. Con esta sanción cautelar, el club está impedido de entrenar o disputar partidos oficiales, además de prohibírsele terminar contratos laborales mientras dura la investigación. Sin embargo, en un acto que roza el desafío, el Deportivo Pereira se ha saltado la orden, planeando y realizando entrenamientos en días recientes, agravando su situación con un posible desacato a la autoridad laboral que investiga el Ministerio. Andrés Piedrahita, director territorial de Risaralda, no titubea: «Es el cargo más grave en este momento».
La crisis se sostiene sobre un andamiaje económico tambaleante. Desde mediados de 2025, la nómina no ha recibido los salarios y prestaciones completas; palabras que fueron ratificadas por Carlos Darwin Quintero, capitán y testigo directo de esta realidad. Lo que antes parecía una dificultad parcial se ha tornado en un vacío institucional que hoy amenaza no sólo la participación del club en la Liga BetPlay, sino también la confianza de sus jugadores, cuerpo técnico y la afición entera.
¿Podrá el Deportivo Pereira superar este apagón administrativo? ¿Qué señales manda a un fútbol colombiano donde las dificultades laborales y financieras erosionan la pasión y la profesionalidad? Mientras tanto, el estadio Hernán Ramírez Villegas aguarda un partido que, por ahora, está en el aire, reflejo de una crisis que va más allá del balón y de la cancha.


