📸 Imagen cortesía: Captura de pantalla. Video tomado de la cuenta de X del concejal de Bogotá, Julián Espinosa
¿Inocentes arrollados en la tarde de sábado?
Este 8 de noviembre, la tranquilidad del barrio La Sierra, en la localidad San Cristóbal al sur de Bogotá, se quebró por un suceso dantesco: un taxi, a toda velocidad y bajo los efectos del alcohol, embistió a once peatones, dejando una estela de horror y dolor.
La escena fue captada por cámaras de seguridad que no solo mostraron el violento impacto en la Calle 47 sur con carrera 6 este, sino también instantes de suerte esquiva: dos adultos se refugiaron tras unas motocicletas y un menor logró esquivar el golpe. El vehículo, identificado como VDW 626, bajaba por una calle inclinada sin control, hasta estrellarse contra una vivienda. El balance: cuatro menores heridos —entre ellos un bebé de cuatro meses y dos niños con muerte cerebral, de 7 y 15 años— y siete adultos con heridas graves.
Al volante estaba José Eduardo Chala Franco, de 56 años y vecino del barrio Santa Rita, reconocido en el sector por una larga batalla contra el abuso del alcohol. Según denuncias vecinales, Chala llevaba más de cinco años conduciendo su taxi en estado de embriaguez, poniendo en riesgo tantas vidas. El vehículo presentaba además dos comparendos recientes, señal de que las autoridades ya habían identificado irregularidades.
Mientras las investigaciones avanzan, la conmoción persiste y la comunidad cuestiona la efectividad de los controles y la vigilancia para prevenir tragedias anunciadas. ¿Cómo es posible que un conductor con antecedentes viales y problemas evidentes pudiera circular libremente y provocar semejante desastre?
En la tarde de ese fatídico sábado, la irresponsabilidad se cobró once víctimas que ahora tienen nombres, historias y familias quebradas. La ciudadanía espera que el caso no se dilate, que la justicia esclarezca y que el dolor no quede en vano. ¿Podrán nuestras calles ser seguras alguna vez, cuando las señales de alerta se ignoran?


