Allanamiento a la vivienda del ministro Armando Benedetti: un nuevo capítulo en su entramado judicial

📸 Imagen cortesía D.R.A
¿Justicia o persecución?

La mañana del martes 11 de noviembre de 2025, en Puerto Colombia, Atlántico, la tranquilidad de una residencia se quebró con la irrupción de agentes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI). La casa, antes propiedad del empresario Alex Saab, hoy preso por lavado de activos, fue escenario de un allanamiento ordenado por la magistrada Cristina Lombana de la Corte Suprema de Justicia, en medio de un operativo que involucra al ministro del Interior, Armando Benedetti.

La Corte Suprema investiga a Benedetti por presuntos delitos cometidos durante su etapa como congresista —enriquecimiento ilícito, corrupción y tráfico de influencias— entre ellos el caso Fonade, donde se sospecha que el exsenador pudo haber usado su influencia para favorecer contratos estatales que superan los mil millones de pesos. Benedetti ha respondido insistiendo en que la Corte carece de competencia para juzgarlo por hechos posteriores a su paso por el Congreso, ocurrido hace más de tres años, y denuncia haber recusado sin éxito a la magistrada Lombana en dos ocasiones.

Más allá de la legalidad, lo que impacta son las palabras del propio ministro, que calificó el allanamiento como un “abuso de poder” y lanzó duras acusaciones contra Lombana: la tildó de “demente y delincuente” y la acusó de acciones que rozan la fabricación de pruebas, presionando y amenazando testigos. Benedetti anunció que llevará la demanda a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, denunciando persecución y la ausencia de garantías procesales en su contra.

Este episodio no sólo abre una nueva batalla judicial entre un funcionario clave y un poder judicial cuestionado, sino que también plantea una pregunta en el aire: ¿se trata de una justicia firme que busca esclarecer la verdad o de un desgaste institucional que erosiona la confianza ciudadana? En plena era de polarizaciones y desconfianzas, el caso Benedetti destapa el entuerto de un sistema en tensión, donde las sombras de la política y el derecho parecen confundirse.

Mientras tanto, la ciudadanía observa expectante, sin perder de vista que detrás de cada titular hay vidas y futuros en juego. ¿Habrá justicia o sólo más sombras que oscurecen el escenario público?

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