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[CANCHA RENACIDA]
Un espacio olvidado, ahora vibrante.
Este jueves 13 de noviembre, en la comuna 9–Buenos Aires de Medellín, la alcaldía abrió las puertas de la cancha sintética Caunces de Oriente, un proyecto que transforma un terreno abandonado en un epicentro de vida deportiva para cerca de 19.000 habitantes.
La historia de esta cancha es la de una larga espera. Durante décadas, una superficie de arenilla sirvió como testigo del olvido, un espacio infrautilizado y en deterioro. La inversión de más de $3.600 millones ha convertido ese descuido en un escenario de primer nivel: grama sintética certificada FIFA Basic, graderías techadas para resguardo de la lluvia y el sol, camerinos modernos con baños y duchas, junto a un innovador sistema de drenaje que asegura el juego incluso en los días de tormenta. Bajo la batuta del Instituto de Deportes y Recreación de Medellín (Inder), esta intervención forma parte del ambicioso Plan 282-25, con el que ya se han intervenido 148 sitios deportivos en la ciudad.
El alcalde Federico Gutiérrez Zuluaga, quien presidió la inauguración, enfatizó el valor de esta obra más allá del césped: “Este era un espacio abandonado hace más de 40 años. Hoy, entregamos a Medellín un escenario que promueve el deporte, la salud física y mental, para niños, jóvenes y adultos mayores. Aquí está la inversión real de los impuestos de todos, en beneficio directo de la comunidad”. Sus palabras reflejan no solo un acto de entrega física, sino un compromiso con la dignificación del espacio público y la inclusión social.
Los detalles técnicos complementan esta transformación: accesos pensados para personas con movilidad reducida y adultos mayores, cámaras de video seguridad, cierre perimetral nuevo para protección y un campo de infiltración junto a la quebrada cercana, que protege la inversión del riesgo natural, un gesto consciente hacia la sostenibilidad ambiental.
¿Será esta cancha la semilla de una nueva generación que encuentre en el deporte no solo diversión, sino también una herramienta de cambio social? Mientras las gradas techadas aguardan la próxima tanda de partidos, la comunidad seguramente sueña con ese futuro, justo donde antes sólo había abandono.
