Estados Unidos incautó un superpetrolero cargado con crudo venezolano frente a la costa del país sudamericano, en un operativo militar destinado a frenar el comercio ilícito y el financiamiento de grupos terroristico.
La acción se llevó a cabo el miércoles 10 de diciembre de 2025 en el Caribe, cuando tropas estadounidenses abordaron la embarcación desde helicópteros, tomando control del buque que pertenecía a una supuesta “flota oscura” dedicada a transportar petróleo sancionado hacia destinos como Irán. Esta operación se suma a más de 20 intervenciones similares de Estados Unidos contra narcotráfico y contrabando en la región en los últimos meses.
“Se trata del mayor petrolero jamás incautado”, informó el presidente Donald Trump desde la Casa Blanca, resaltando la importancia del golpe contra columnas del comercio ilegal que intenta evadir sanciones. Pam Bondi, Fiscal General de Estados Unidos, afirmó que el barco sería una pieza clave en una red clandestina que remite recursos al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, entidad calificada como terrorista por Washington.
Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro calificó la operación como “un acto de piratería internacional” y “robo” en aguas cercanas a su territorio. Caracas sostiene que estas acciones buscan presionar y propiciar un cambio de régimen en Venezuela. Especialistas comentan que este hecho marca una escalada pues ahora el foco está en la cadena petrolera y no solo en embarcaciones ligadas al narcotráfico.
Ante esta situación, se destaca que este operativo forma parte de la estrategia estadounidense para detener el flujo de drogas y hacer cumplir las sanciones vigentes en Venezuela e Irán, mientras las tensiones políticas y estratégicas continúan escalateándose en la región.
