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¿Cirugías que matan?
En Medellín, este martes 28 de octubre de 2025, tres mujeres fueron enviadas a prisión. Las acusa la Fiscalía General de la Nación de practicar procedimientos estéticos ilegales en quirófanos improvisados, que eran casas y locales convertidos en trampas mortales.
Los barrios Laureles, San Javier, Guayabal y Olaya Herrera, otrora sitios llenos de vida popular, se convirtieron en escenarios de este drama. Allí, una enfermera, una masajista y una recepcionista tejieron una red clandestina ofreciendo “lipólisis láser con transferencia glútea”. La publicidad se hacía por redes sociales, un canto de sirena para víctimas que no imaginaron el tormento que esperaba.
La investigación detalla 24 mujeres con lesiones graves y permanentes: infecciones que devoraron piel y vida, deformidades que marcaron cuerpos y almas, dolores crónicos que hoy las anclan a la incertidumbre. Una de ellas perdió la vida a causa de esas prácticas ilegales, un triste epílogo en esta historia de negligencia y ambición.
La Fiscalía imputó cargos por concierto para delinquir, estafa agravada y lesiones personales dolosas. Aunque ninguna aceptó su responsabilidad, un juez decretó prisión preventiva para las tres, mientras la justicia intenta esclarecer el alcance de sus actos.
Estas detenciones nacen de 24 denuncias formales, pero ¿cuántas voces aún no se han oído? La Secretaría de Salud de Antioquia advierte que estos centros clandestinos podrían multiplicarse, poniendo a la salud pública en jaque.
Mientras Medellín se enfrenta a esta tragedia, la pregunta permanece: ¿podrán las instituciones detener esta ola de peligro antes de que más mujeres paguen con su vida o su dignidad? La ciudad observa, entre miedo y esperanza.


