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El Diamante de Robledo: un sueño colectivo que empieza a tomarse forma
El futuro de la educación en Medellín tiene un nuevo nombre: El Diamante. Este 13 de noviembre de 2025, la Alcaldía de Medellín dio un paso decisivo al abrir la licitación para la construcción de un megacolegio en la comuna 7, Robledo, una obra emblemática dentro del ambicioso Plan de Desarrollo 2024–2027 que promete transformar la experiencia educativa de la ciudad.
Con una inversión que supera los 37.000 millones de pesos, este proyecto no es solo un cúmulo de concreto y ladrillos, sino una respuesta a la creciente necesidad de ampliar la cobertura y elevar la calidad de la educación para 460 estudiantes que, hasta ahora, enfrentan limitaciones estructurales.
La convocatoria, abierta en la plataforma Secop II y en la página oficial de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), invita a las constructoras a presentar sus propuestas hasta el próximo 14 de noviembre, bajo criterios estrictos de transparencia y excelencia técnica. En palabras de Emiro Valdés, gerente de la EDU, “convocamos a todo el sector constructor a participar activamente, con calidad y ética, en este proceso que es fundamental para la transformación educativa de nuestra ciudad”.
Detrás de este proyecto está el compromiso de la Secretaría de Educación, que ve en el megacolegio El Diamante una pieza clave para garantizar “más y mejores espacios para la formación de niñas, niños y jóvenes”, según explica Anderson García, subsecretario Administrativo y Financiero de Educación del Distrito.
El cronograma es ambicioso: las obras arrancarían entre finales de 2025 y los primeros meses de 2026, con la expectativa de entregar el nuevo colegio en marzo de 2027. No se trata únicamente de construir una infraestructura moderna, sino de sembrar un espacio que fortalezca la oferta académica y cultural en la zona noroccidental de Medellín, un territorio con historias y retos propios, pero también con un potencial que comienza a ser reconocido.
Este megacolegio simboliza algo más que un edificio; es un compromiso con la justicia social y la equidad educativa. Sin embargo, mientras se concreta la licitación y se afinan los últimos detalles, queda la pregunta: ¿conseguirá El Diamante iluminar el camino de tantos jóvenes que aguardan una educación digna y de calidad?
La ciudad, sus habitantes y sus futuras generaciones esperan, con paciencia y un anhelo colectivo, que esta obra no se quede solo en un proyecto sobre el papel, sino que se traduzca en oportunidades reales y en el tangible derecho a aprender y soñar.
