ANTIOQUIA Y EL DULZOR QUE ALIMENTA SU CAMPO
Un dulce latido rural.
En 2024, Antioquia consolida su estatus como uno de los grandes productores de miel en Colombia, con una producción cercana a las 900 toneladas anuales, lo que representa alrededor del 13% de la producción nacional que oscila entre las 6.800 y 7.000 toneladas, según cifras oficiales.
Este impulso apícola, lejos de ser un dato frío, es el motor que sostiene las economías de cientos de familias campesinas y refuerza la estructura agrícola del departamento. Es aquí, en el campo antioqueño, donde la miel no solo es alimento, sino también esperanza y desarrollo.
En la región del Bajo Cauca antioqueño se concentra casi la mitad de esta riqueza: 485 toneladas que equivalen a cerca del 7% de la producción nacional de miel. Organizaciones como Campo Dulce se convierten en actores clave, al agrupar asociaciones apícolas dedicadas a procesar y comercializar miel, cera, polen y propóleo, productos que son símbolos de pureza y calidad reconocida en los mercados nacionales e internacionales.

La Federación Colombiana de Apicultores y Criadores de Abejas (Fedeabejas) y la Gobernación de Antioquia resaltan que la apicultura se ha convertido en una actividad agropecuaria con notable proyección en el país. A día de hoy, esta labor genera más de 10.000 empleos directos e indirectos, impulsada por la tecnificación, las buenas prácticas apícolas y el respaldo de políticas públicas como la Ley 2193 de 2022.
El auge no es casual. La expansión constante de zonas aptas para esta actividad, el creciente consumo interno y la apertura a mercados internacionales, especialmente Europa y América del Norte, alimentan esta bonanza. Sin embargo, la apicultura enfrenta amenazas concretas: deforestación, cambio climático y la sombra de la competencia desleal con mieles adulteradas que intentan colarse en el mercado global.
Esta realidad plantea preguntas que todavía resuenan en los valles y colinas. ¿Logrará Antioquia cuidar su oro amarillo frente a estos desafíos? ¿Podrán las políticas y la innovación sostener el crecimiento sin sacrificar la pureza y el sustento de quienes viven de la miel? Mientras tanto, el dulce zumbido de las abejas sigue siendo un símbolo de vida y esfuerzo en el corazón del campo colombiano.