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Quintetos en Movimiento: Antioquia Resuena con Su Cultura Ancestral
Voces ancestrales y sueños juveniles se entrelazan en la tierra que vio nacer mil historias. Este 30 de octubre, en el alma verde de Antioquia, inició la danza viva de los Quintos Juegos Deportivos Indígenas, un encuentro donde el pasado y el presente juegan lado a lado.
Durante cuatro días – del 30 de octubre al 2 de noviembre –, los municipios de Jardín y Andes acogen a 590 espíritus indígenas – deportistas, autoridades y artistas – llegados de once municipios que puntean las subregiones Suroeste, Bajo Cauca, Magdalena Medio, Nordeste y Norte. Ellos compiten no solo en deportes modernos como fútbol y microfútbol, sino también en disciplinas que arrancan del tronco cultural: la bodoquera cerbatana que corta el aire, la carrera con canastos retos en mano, la resistencia en el agua, el trepar hasta la copa del árbol, la lucha libre que no revela secretos y el atletismo ancestral que marca el pulso de la tierra.
El coliseo de Karmata Rúa fue testigo de la ceremonia de armonización: cantos que despiertan a los espíritus mayores, súplicas de permiso para competir en amistad, y un desfile donde el color de las plumas y la música ancestrales pintan el horizonte. Óscar Arias, gerente indígena de Antioquia, fue claro como el río Cauca: “Juntémonos como hermanos para ser felices y jugar” — un eco sincero nacido en la lengua milenaria del embera.
Estas jornadas, fundadas en acuerdos con la Gobernación de Antioquia y respaldadas por Indeportes, no solo buscan premiar al más rápido o al más fuerte. Su esencia habita en fortalecer la identidad cultural, en tejer redes entre comunidades hermanas y mantener viva la tradición a través del deporte que habla con los ancestros.
La clausura del 2 de noviembre cerrará este capítulo, pero la memoria y la alegría sembradas prometen germinar en muchas otras estaciones futuras. ¿Podrán estos Juegos ser el latido constante que impulse a Antioquia a mirar hacia adentro y reivindicar la riqueza de sus raíces indígenas? El eco se escucha; queda por ver qué responderá el tiempo.


