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¡Fuegos que no queman, juegos que educan!
En la mañana de este lunes, la Gobernación de Antioquia encendió una luz de esperanza en medio de la oscura noche de las quemaduras causadas por la pólvora. En Medellín y su amplia geografía, nace la campaña “Soy Antipólvora”, una apuesta por transformar la tradición peligrosa de diciembre en una celebración de vida y cuidado.
Muchos saben que las fiestas de fin de año en Antioquia cargan una cuenta dolorosa: en los últimos meses, 149 personas sufrieron lesiones, de las cuales 41 eran niños y niñas entre juegos que devienen tragedia en el Valle de Aburrá y el Oriente antioqueño. Frente a estas cifras que gritan auxilio, la Gobernación se une al Área Metropolitana y la Policía Nacional para desplegar durante el año escolar un mensaje claro y urgente.
Los verdaderos protagonistas de esta historia son los niños y niñas entre 8 y 12 años, quienes se convierten en los portavoces de un nuevo relato. En colegios y escuelas, con ayuda de un videojuego que entretiene y enseña, cuentos como “Valentín sin pólvora” y materiales para colorear, se siembra en sus manos la semilla de la prevención. No es solo evitar heridas físicas, sino despertar consciencias sobre el daño ambiental y el sufrimiento animal provocado por la pólvora.
“Porque la alegría no necesita pólvora” se lee en la bandera de esta cruzada. Desde las aulas hasta los rincones de la comunidad, este llamado invita a renovar las fiestas con responsabilidad y respeto. El desafío es grande: cambiar una tradición que quema cuerpos, corazones y naturaleza.
Pero la esperanza crece en las voces infantiles, multiplicadoras de un sueño donde el silencio de las explosiones dé paso a la risa sin miedo. ¿Podrá Antioquia apagarse en pólvora o brillar en educación y cuidado? El tiempo, y ellos, lo mostrarán.


