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[PROTECCIÓN A FLOR DE PIEL: ANTIOQUIA RESISTE LA TEMPORADA DE LLUVIAS]
Este abril, en Antioquia, la amenaza de las lluvias se enfrenta con un escudo tecnológico y humano.
El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres de Antioquia (Dagran) ha ampliado el Sistema de Alerta y Monitoreo de Antioquia (SAMA), que ya opera en 45 municipios distribuidos en nueve subregiones. Solo en las últimas semanas, nuevos sensores y cámaras se instalaron en municipios como La Pintada, Ciudad Bolívar y Bello, reforzando la capacidad preventiva ante inundaciones y crecientes súbitas.
¿La razón? Un pasado marcado por desastres hidrometeorológicos que reclaman vigilancia constante. Las condiciones extremas de ríos y quebradas, amenazadas por torrentes repentinos, exigen una respuesta inmediata y eficiente. SAMA responde con tecnología avanzada: pluviómetros que miden la lluvia, sensores que monitorean el nivel del agua, alarmas para alertar y cámaras para vigilar en tiempo real. Todo está conectado para que, ante la más leve señal de peligro, las comunidades puedan activar rutas de evacuación y ponerse a salvo.

Carlos Ríos Puerta, director de Dagran, lo dice sin rodeos: “Este es un sistema que salva vidas. Con 142 instrumentos instalados, hemos impactado a más de 6.500 personas. Monitoreamos 24 horas al día, 7 días a la semana. Cuando detectamos lluvias intensas o el aumento anómalo de un río, activamos alarmas para que las personas se trasladen a zonas seguras.” El compromiso no termina allí: están en marcha contratos para expandir la cobertura a ocho municipios más.
Pero no es solo tecnología y alarmas. Dagran ha apostado por la preparación comunitaria. En el último ciclo, ha promovido 373 encuentros pedagógicos con habitantes y Consejos Municipales de Gestión del Riesgo. No basta con saber que hay peligro. Es imprescindible entender los escenarios, conocer las cadenas de llamadas para alertar, dominar las rutas de evacuación y aplicar recomendaciones concretas para minimizar vulnerabilidades.
Antioquia mira así con determinación el desafío de la temporada de lluvias. En medio del ruido de los aguaceros, un mensaje claro resuena: la prevención es colectiva, humana, tecnológica y urgente. ¿Será suficiente este esfuerzo para dejar atrás las tragedias? La respuesta, por ahora, la dará la lluvia… y la resiliencia de su gente.