«`htmlANTIOQUIA BRILLA CON LUZ PROPIA EN LA EVALUACIÓN DE MANDATARIOS
¿Un reflejo de confianza o un espejismo político?
Medellín, 18 de junio de 2025. En la última encuesta publicada por Invamer en abril de este año, Antioquia volvió a destacarse como una de las regiones con los mejores líderes regionales del país. El gobernador Andrés Julián Rendón consiguió una aceptación ciudadana cercana al 62%, dejando una desaprobación en un contenida cifra del 23%, consolidando así su posición como uno de los mandatarios mejor evaluados en Colombia.
Este sondeo, que abarcó diversos departamentos clave, no solo midió la popularidad, sino que también se enfocó en la percepción ciudadana sobre la gestión administrativa, la ejecución de programas concretos y resultados palpables en áreas sensibles como seguridad, infraestructura y atención social. Según Invamer, Antioquia ocupa el tercer puesto a nivel nacional; sólo superada por Bolívar y Córdoba, y dejando atrás a regiones relevantes como Atlántico, Santander y Valle del Cauca.
Expertos analizan que este reconocimiento no es fruto del azar. Las obras públicas en curso, el fortalecimiento de la seguridad y la implementación de proyectos sociales marcan la diferencia en la percepción ciudadana. Además, frente a mediciones anteriores, la administración de Rendón mostró un ligero pero significativo avance: un punto porcentual más en aprobación y una reducción de cinco puntos en desaprobación.
En el ámbito local, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, también resalta con altos niveles de aprobación. Aunque los datos son parciales, Invamer evidencia que sus políticas de seguridad, las inversiones sociales y el diálogo constante con los ciudadanos han contribuido a su buen posicionamiento.
En este escenario, la reflexión es inevitable: ¿refleja esta encuesta una auténtica confianza ciudadana o es una pausa en la constante movilización social que caracteriza la región? Lo cierto es que, para Invamer, estos números revelan un respaldo tangible de los antioqueños a sus gobernantes y un reconocimiento a las acciones emprendidas en su territorio. Sin embargo, el verdadero desafío será mantener ese nivel de aprobación cuando las promesas y proyectos transiten de la percepción a la realidad cotidiana.
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