Foto: @Argentina
La selección Argentina logró una victoria histórica: la Albiceleste derrotó 1 – 0 a Brasil el Estadio Maracaná y le propinó su primera derrota como local por Eliminatorias. Sin embargo, el partido se vio eclipsado por la violencia policial en contra de la hinchada visitante en los minutos previos al comienzo.
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Los ojos de todo Sudamérica estaban puestos en el Maracaná, a la expectativa del comienzo del Superclásico de las Américas. Sin embargo, el comienzo del partido se demoró por unos bochornosos sucesos: la Policía militar arremetió de forma violenta contra los hinchas argentinos que se encontraban en uno de los fondos y generó caos y miedo en todos los asistentes, entre los que se encontraban niños. De hecho, los propios jugadores de la Albiceleste, y el capitán de Brasil, Marquinhos, se acercaron al sector para pedirles a los policías que se detuvieran. Messi llamó a sus compañeros y les dijo que volvieran al camerino, pues no iban a jugar en esas condiciones. Tras varios minutos, y luego de que las cosas volvieran a una relativa tranquilidad, comenzó el juego.

Con los ánimos caldeados por lo sucedido en las tribunas y por algunos gestos de los jugadores brasileños, el encuentro se asemejó más a una batalla que a un partido de fútbol, con mucha fricción, faltas fuertes, poca claridad con el balón y muchas discusiones. Luego de una hora sin muchas opciones claras de gol, Otamendi marcó el único tanto del compromiso de cabeza, luego de un cobro de tiro de esquina. Los brasileños no pudieron generar peligro y encajaron su primera derrota como locales por Eliminatorias en toda su historia, ante un público que, indignado, les cantaba el “ole” cuando tocaban los visitantes.
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Argentina llegó a 15 puntos y continúa como el líder de las Eliminatorias, mientras que Brasil, que lleva tres derrotas al hilo, quedó con 7 puntos en el sexto lugar, el último que da cupo directo a la Copa del Mundo. La Canarinha está en crisis, pero tiene casi un año para preparar la próxima doble jornada.