Cortesía: @AABenedetti¿Consulta popular sin Senado?
El pulso político en Colombia parece entrar en una nueva fase de incertidumbre. Este martes 27 de mayo de 2025, **Armando Benedetti**, ministro del Interior, confirmó desde el Congreso que el gobierno de **Gustavo Petro** está listo para saltar formalmente al vacío y convocar una **consulta popular por decreto** si el Senado no se pronuncia oficialmente sobre el mecanismo antes del próximo 1 de junio.
La controversia gira en torno a la votación del pasado 14 de mayo, cuando la plenaria del Senado archivó por 49 votos en contra y 47 a favor la propuesta para llevar a consulta ciudadana 12 preguntas sobre una profunda reforma laboral. Pero Benedetti advierte que ese voto estaría marcado por una irregularidad fundamental: **no se leyó la proposición antes de la votación**, un requisito explícito en el artículo 125 de la **Ley Quinta de 1992**. Sin esta lectura, alega, el Senado no se ha pronunciado de manera formal, lo que abriría la puerta para que el Ejecutivo actúe por decreto.
“El Senado no se pronunció”, sentenció Benedetti en rueda de prensa. “¿Qué se votó entonces? No sabemos”. Su tesis pone en entredicho no sólo la validez del archivo sino el juego institucional mismo. Las voces oficiales, mientras tanto, han quedado divididas entre quienes piden rigor a la espera de una nueva votación y quienes reclaman que la ciudadanía no puede quedar a la espera de las demoras burocráticas en medio de un debate tan crucial para el futuro laboral.
El trasfondo de esta disputa es una mayor tensión entre poderes que desvela no sólo una pugna política, sino también un problema de fondo en los procesos legislativos colombianos. La pregunta que queda colgada es si una convocatoria presidencial directa, saltándose el mecanismo parlamentario, será vista como una herramienta legítima o como un nuevo paso hacia la erosión del equilibrio institucional.
El próximo 1 de junio aparece como una fecha límite decisiva. Mientras tanto, la ciudadanía observa expectante, consciente de que detrás de cada trámite y cada voto hay una batalla que puede definir el rumbo del país. ¿Podrá el Senado resolver sus diferencias a tiempo? ¿O asistiremos a un giro que trastocará nuevamente las reglas de juego? Lo cierto es que el debate apenas comienza y la sombra de la incertidumbre persiste.Fuente: El Colombiano