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¿Justicia silenciada en Campoalegre?
En la tarde del martes 11 de noviembre de 2025, la ruralidad del Huila se tiñó nuevamente de dolor. Ferley Perdomo Molina, líder campesino y presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Peñol, en Campoalegre, fue arrastrado por la violencia que azota a Colombia. Su asesinato suma 167 víctimas fatales entre líderes sociales y defensores de derechos humanos en lo que va del año.
Esa tarde, hombres armados irrumpieron en la modesta vivienda de Perdomo Molina. Lo sacaron con violencia, dispararon contra él y lo abandonaron en un precipicio en una zona de difícil acceso. Fue allí donde las autoridades encontraron su cuerpo, dando inicio a una frágil búsqueda de justicia. El coronel Carlos Téllez, comandante de policía en el Huila, detalló que el CTI, la SIJIN y el Gaula militar llegaron para investigar y recoger evidencias, mientras que la Quinta División del Ejército mantiene la jurisdicción territorial.
Este crimen no cae en un vacío. La Defensoría del Pueblo había alertado previamente, en la Alerta Temprana 013 de 2025, sobre la presencia amenazante de grupos armados ilegales en Campoalegre. Frente Iván Díaz, vinculado al Bloque Jorge Suárez Briceño del Estado Mayor Central, junto a bandas locales, imponen normas a la fuerza y controlan parcelas enteras del territorio rural. Es en medio de esta sombra que Ferley Perdomo dedicó sus esfuerzos comunitarios.
El brutal asesinato de este líder no es un hecho aislado sino un eco más de la violencia que erosionó cualquier espacio de diálogo y seguridad en las zonas rurales de Colombia. ¿Cómo explicar que en pleno siglo XXI, quienes defienden la vida y el territorio sigan siendo perseguidos hasta la muerte? La justicia inicia su trabajo con la recolección de pruebas, pero la impunidad y el silencio todavía pesan.
Mientras tanto, Campoalegre llora a Ferley y a tantos otros que dejaron sus sueños en la batalla desigual por la paz. La pregunta permanece: ¿podrá el Estado proteger a quienes más lo necesitan, o seguirá siendo cómplice del vacío que deja cada líder caído? La espera desespera y la violencia no cede. Pero el dolor permanece, como la lluvia.


