Sin duda, lo que parecía ser un simple caso de abuso de autoridad ahora se presenta como un retroceso a una de las épocas más inseguras de la información en Colombia. La confirmación de que la Policía interceptó el teléfono de una civil ha generado en personalidades del Gobierno temor y rechazo, a excepción del presidente Petro.
El ministro de Defensa Iván Velásquez fue uno de los primeros en pronunciarse al respecto del más grande escándalo del Gobierno actual. Ante la situación, pidió que se hiciera justicia y expresó que “Quienes ordenaron las recientes interceptaciones ilegales no pueden quedar en la impunidad. Por el bien del gobierno al que pertenezco, toda la verdad debe ser conocida por el país”.
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De acuerdo con el trino que realizó en la noche del jueves, el funcionario ordenó al director de la Policía Nacional adelantar con celeridad las investigaciones al respecto. “Yo mismo sufrí interceptaciones ilegales con un mecanismo muy similar al que ahora se está revelando”, expresó una comunicación oficial.
En otro momento, la vicepresidenta Francia Márquez expresó su rechazo frente al descubrimiento de las ‘chuzadas’ diciendo que “hemos luchado toda la vida por la garantía de los derechos humanos, esa lucha le costó la vida a muchos de los nuestros”.
A esto, agregó una frase que podría dar a entender que, para la vicepresidenta, el desarrollo de este mandato no se diferencia mucho de los anteriores por los obstáculos que se han enfrentado. “Llegamos aquí con la esperanza de un cambio, y seguiremos trabajando de manera incansable por ello”.