📸 Imagen cortesía: Pacto Histórico
¿Primera casilla, ventaja decisiva?
Este miércoles 1 de octubre, Bogotá despide el sorteo que definió el orden de los precandidatos presidenciales del Pacto Histórico para la consulta interna del 26 de octubre de 2025.
La sede de la Registraduría Nacional del Estado Civil fue el epicentro de un acto que, a simple vista, parece un mero trámite administrativo, pero que encierra una estrategia política de fondo. Este lunes 30 de septiembre, se dio a conocer que Carolina Corcho, exministra de Salud, ocupará la primera casilla en la tarjetón electoral, seguida por el senador Iván Cepeda y en la última posición, el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero. Tal orden, decidido mediante sorteo, no es inocente: la primera posición suele ser mirada con preferencia por el elector y podría conferirle a Corcho una ventaja simbólica y práctica frente a sus rivales internos.
Este trío de aspirantes no siempre fue la nómina definitiva. La lista inicial contemplaba al menos nueve precandidatos; sin embargo, la realidad de la política de coalición impone su ley: Gustavo Bolívar, Susana Muhamad y María José Pizarro, entre otros, optaron por dar un paso al costado para no dividir el voto progresista. La unidad, dicen en el Pacto Histórico, es la clave para evitar la fragmentación que ha lastrado proyectos similares en el pasado.
La depuración del grupo representa una pugna entre visiones y estilos dentro de la izquierda colombiana. Corcho, con experiencia ministerial y perfil técnico, Cepeda, figura histórica y de largo recorrido en el Congreso, y Quintero, con el sello urbano y disruptivo de Medellín, simbolizan corrientes diversas, pero convocantes, que buscan sentar las bases para una personalidad presidencial unificada.
Este proceso interno no solo pone a prueba la capacidad de concertación electoral del Pacto Histórico, sino que también refleja las tensiones y expectativas que suscita la izquierda ante un futuro incierto. En un país donde la política siempre lleva la carga de la polarización, las alianzas, posiciones en la papeleta y la narrativa que construyan estos precandidatos podrían ser decisivas para el momentum electoral.
A pocas semanas de la consulta, la mirada de la ciudadanía está atenta. ¿Podrá esta coalición sostener la unión que por ahora exhibe? ¿El orden en el tarjetón será preámbulo de la preferencias reales en las urnas? Mientras tanto, el 26 de octubre se acerca y con él, la posibilidad de una nueva etapa en la izquierda colombiana se abre, frágil pero esperanzadora.