Sonidos del puente: Astropical y Cuarto azul, la banda sonora de un descanso compartidoEntre el 20 y 23 de junio de 2025, Colombia vivió un puente festivo marcado por una banda sonora que resonó con distintos rostros de la misma celebración: el encuentro y la introspección. Dos álbumes lanzados en el mismo año, pero con destinos musicales tan diversos como complementarios, se convirtieron en las compañas ideales de esos días: Astropical, el estreno homónimo del colectivo formado por Bomba Estéreo y Rawayana, y Cuarto azul, el más reciente y personal proyecto de la cantante española Aitana.Astropical es más que una reunión de sonidos; es una declaración vibrante. La mezcla de electrónica con ritmos caribeños como la champeta y el merengue captura el pulso de la diversidad latinoamericana bajo la voz potente de Li Saumet y la sensibilidad creativa de Alberto Montenegro. Doce canciones inspiradas en signos zodiacales —entre ellas “Brinca (Acuario)”, “Siento (Virgo)” y “Otro Nivel (Capricornio)”— no solo alientan a la fiesta, sino a una celebración de la alegría y la feminidad en tiempos que invitan al recogimiento y la distancia. “Esta música te lleva a la playa”, decía un espectador en Estéreo Picnic en Bogotá, subrayando la promesa contenida en cada nota: un rescate del optimismo en medio de la incertidumbre. Por otro lado, Cuarto azul reafirma la presencia de Aitana como una voz que va más allá del pop convencional en español. Estrenado a mediados de junio en formatos físicos y digitales, este disco se presenta como el más íntimo y confesional de su carrera. A través de 19 canciones, la artista se sumerge en una exploración sincera del espectro emocional, desde la vulnerabilidad hasta la fortaleza, en un relato que acompaña a quienes enfrentan sus propias búsquedas internas. Su apuesta sonora suave y envolvente ofrece un contrapunto delicado al ritmo festivo de Astropical, evidenciando cómo la música sirve para diversos tipos de compañía durante los instantes de descanso. La combinación de estas dos propuestas no es casual. Mientras Astropical abraza la potencia colectiva que surge al bailar y compartir, Cuarto azul convoca a la reflexión personal y la emoción contenida. Ambas manifestaciones evidencian cómo la música actúa como espejo y brújula en tiempos donde la cultura no solo entretiene sino también reconecta y repara. ¿Qué significa entonces que estos dos álbumes se hayan convertido en las opciones predilectas durante el mismo puente festivo? Quizás apunta a una necesidad latente entre el público contemporáneo: equilibrar la fiesta con la pausa, la alegría contagiosa con el recogimiento necesario. Colombia y España dialogan a través del ritmo y la melodía, representando trayectos paralelos de identidad y expresión. Mientras tanto, las plataformas digitales continúan siendo testigos y motores de esta conjunción musical. Es allí donde las cifras confirman la relevancia y alcance de ambas obras, pero también donde se tejen comunidades que se reconocen y se entienden. La música, en su dimensión más humana, vuelve a probar que es un espacio para habitar los días de descanso con significado. ¿Podrán estas propuestas mantenerse como faros en el cambiante panorama musical o serán solo un instante pasajero atrapado entre dos festividades? Por ahora, quedan las canciones y esa sensación compartida de un verano que no olvida ni la fiesta ni el sentir profundo.
Andrea Sierra