Por primera vez en tres semanas, desde que Israel comenzó su contraofensiva contra Hamás en Gaza, Israel admite haber atacado a una población civil. Esto, incluso, después de decenas de denuncias de bombardeos israelíes en edificios comunitarios, escuelas y centros hospitalarios.
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Esta vez, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, confirmó un “exitoso” ataque contra una base subterránea de Hamás en la región de Yabalia, en la que murió uno de los comandantes más importantes del grupo terrorista en Gaza, Ibrahim Biari. Agregó que el ataque se llevó a cabo en terreno civil y reiteró su llamado a los civiles de desplazarse hacia el sur.
El coronel israelí Richard Hecht confirmó ante los medios que en esta acción murieron decenas de civiles, justificándose al decir que “esta es la tragedia de la guerra”. Agregó que “hicimos todo lo que pudimos para minimizar el daño civil, pero hemos insistido a los palestinos que no tienen nada que ver con Hamás que se desplacen hacia el sur”.
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Ya varios Gobiernos del mundo han rechazado esta masacre, desde Qatar y Yemén hasta Venezuela y Bolivia. Las Naciones Unidas y otros organismos internacionales no se han pronunciado al respecto.
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