Atentado en Popayán. Cuatro policías heridos.

📸 Imagen cortesía: captura de pantalla D.R.A.
¿Violencia a toda velocidad?

La noche del lunes 28 de julio de 2025 se volvió amarga en el occidente de Popayán. Eran las 10:30 p.m. cuando la rutina policial se quebró en el sector Las Palmas, tras un estallido que dejó cuatro agentes heridos y un vehículo consumido por las llamas.

Una patrulla de la Policía Metropolitana realizaba las labores habituales de cierre de establecimientos públicos en la calle 5 cuando una motocicleta, deslizándose a alta velocidad, irrumpió en la escena. Desde su paso fugaz, un artefacto explosivo improvisado—según la versión oficial—fue lanzado contra los uniformados. La detonación no solo impactó físicamente a los agentes, sino que erosionó la sensación de seguridad en la comunidad.

El coronel Jhon Fredy Zambrano, al frente de la Metropolitana, describió el atentado: “La patrulla oficial se encontraba ejecutando tareas rutinarias de cierre cuando fue sorprendida por el lanzamiento violento del explosivo. El vehículo policial resultó incinerado.”

Los heridos fueron trasladados con prontitud a centros médicos y, aunque su estado es estable, el suceso marca una nueva escalada en la violencia que azota la región. Este acto no solo lastima cuerpos, sino que abre preguntas sobre la persistencia de la violencia urbana y la vulnerabilidad de quienes custodian el orden.

La reacción institucional no tardó. Víctor Fuly, secretario de Gobierno, lideró la respuesta local, rechazando con firmeza el atentado y activando un plan de contingencia en la red de salud. La Alcaldía ofreció una recompensa de hasta 50 millones de pesos para quien aporte información que lleve a capturar a los responsables. “La administración municipal en conjunto con la Policía Metropolitana ha dispuesto esta recompensa para los ciudadanos que quieran colaborar con la justicia”, afirmó Fuly.

Mientras tanto, el área fue inmediantamente acordonada para protección ciudadana, y unidades especializadas inspeccionan la zona en busca de posibles artefactos adicionales. Hasta el momento, ninguna organización ha reclamado la autoría del ataque, en un contexto donde la presencia de grupos armados en la región añade sombra a la incertidumbre.

¿Podrá la comunidad superar este nuevo capítulo de violencia? En Popayán, la búsqueda por respuestas y justicia se vuelve cada día más urgente. La noche del 28 de julio dejó heridas que van más allá de lo visible, y la pregunta persiste: ¿qué futuro espera a quienes viven al filo de la amenaza?

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