En respuesta a la creciente ola de criminalidad que afecta a los habitantes del Valle de Aburrá, la Fiscalía lanzó un plan de choque en Medellín. La estrategia, encabezada por el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, y el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, tiene como objetivo principal reducir los índices de hurto y otros delitos en la ciudad. En una declaración contundente, Barbosa afirmó: «Vamos a poner a cada una de esas líneas de investigación siete fiscales exclusivos del grupo de alertas, cuatro fiscales antinarcóticos, doce fiscales de actos urgentes, dos automotores, nueve de hurtos y cuatro fiscales Gaula para combatir la extorsión».
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La intervención inicial se concentrará en las comunas 10 (La Candelaria), 7 (Robledo) y 4 (Aranjuez), áreas identificadas con las mayores tasas de criminalidad. Con el despliegue de recursos y personal especializado, las autoridades esperan obtener resultados palpables en menos de 90 días, abordando directamente la problemática local.
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Sin embargo, el fiscal Barbosa señaló el desafío que enfrentan debido a la escasez de recursos humanos. «De esos 40 policías judiciales que antes estaban dedicados de lleno a perseguir narcotraficantes, nos bajaron a 12 y dejaron a Medellín con 28 policías judiciales para narcotráfico y repartieron en diferentes temáticas esos policías. Conclusión: no se capturan narcotraficantes de alto impacto en la ciudad. Ahí está el enredo de todo esto», expresó, destacando las dificultades derivadas de la distribución de recursos por parte del Gobierno Nacional.
