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¿TASA INAMOVIBLE EN TIEMPOS INCIERTOS?
Este viernes 27 de junio de 2025, el Banco de la República decidió mantener la tasa de interés de política monetaria en 9,25 %, reflejo de su prudente y cauteloso enfoque ante las complejidades económicas que enfrenta Colombia.
En la sede del Emisor, la Junta Directiva votó dividida; cuatro de sus siete miembros respaldaron mantener la tasa, mientras que el ministro de Hacienda, desde su posición, pidió una reducción más agresiva, al menos de cincuenta puntos básicos, con el propósito de estimular una economía que muestra señales de desaceleración.
Esta decisión no es una simple cuestión técnica. Es la manifestación palpable de una tensión interna entre la necesidad de reactivar la economía y la precaución frente a riesgos fiscales persistentes y una inflación que, aunque en descenso, todavía se mantiene por encima del rango meta del banco, situado entre el 2 y 4 %. Para mayo, la inflación anual se situó en 5,05 %, su nivel más bajo desde hace 43 meses, pero lejos aún de la tranquilidad buscada por los responsables de la política monetaria.
El comunicado oficial del Banco explica que esta postura busca asegurar que la inflación siga disminuyendo con firmeza, sin dejar de considerar los “riesgos asociados al deterioro de las cuentas fiscales y la volatilidad de los mercados internacionales”, factores que limitan un recorte de tasas sin poner en jaque la estabilidad macroeconómica.
Mientras el ministro de Hacienda reivindica un mensaje claro de estímulo para la economía, la mayoría en la Junta opta por reducir la velocidad, con la mirada puesta en que un apuro podría erosionar la confianza y provocar un retroceso en los avances logrados en el control inflacionario.
La siguiente cita con la política monetaria será el 31 de julio de 2025, cuando se reúna nuevamente el Banco de la República. Las minutas que detallen esta decisión saldrán a la luz el 3 de julio, y con ellas, vendrá la oportunidad de analizar en profundidad las dudas y certezas que dejó esta votación. ¿Podrá la economía colombiana transitar con equilibrio entre estímulo y prudencia, o la tensión entre estos enfoques seguirá marcando el ritmo?