En ocasiones, la realidad supera la ficción de manera sorprendente. En un hecho que parece sacado de una historia milagrosa, una bebé que había sido declarada muerta poco después de nacer, despertó durante su propio funeral en Paraguay.
El asombroso suceso tuvo lugar cerca de Minga Guazú, en la región de Alto Paraná, fronteriza con Argentina y Brasil. Los padres de la niña recibieron su cuerpo inerte junto con el acta de defunción, preparándose para despedirla.
«Recibimos el cuerpo todo morado. La llevamos a la casa de mi mamá y la estábamos velando», relató Ignacio Medina, el padre de la bebé. Sin embargo, la tragedia se transformó en un momento de sorpresa y alegría cuando uno de los tíos de la niña notó que movía suavemente la cabeza, alertando a todos los presentes.
«Fuimos a mirar el féretro y su corazoncito estaba latiendo», agregó Medina. El director del Hospital Regional de Ciudad del Este, donde se había certificado la defunción de la bebé, explicó que posiblemente la niña entró en un estado de catalepsia, un fenómeno en el que el cuerpo puede parecer estar sin signos vitales.
«No hay latidos cardíacos, no hay respiración, el cuerpo está flácido, palidez, toma color azulado o violáceo y normalmente se resuelve de manera espontánea e inexplicable», explicó el médico.
Motivados por este inaudito suceso, la niña fue bautizada como «Milagros de Jesús».
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Los expertos han comentado sobre la catalepsia o síndrome de muerte aparente, destacando su rareza y su posible aparición en adultos o niños mayores. En el caso de esta bebé prematura, nacida con 26 semanas de gestación, los médicos explican que su prematuridad descarta las posibilidades normales.
El director del Hospital Regional de Ciudad del Este también advirtió que, aunque poco común, casos como este pueden ocurrir, aproximadamente, uno por cada cinco millones de nacimientos. Este extraordinario evento, más allá de su rareza, deja a todos con una reflexión sobre los misterios que aún guarda la ciencia y la vida misma.
