📸 Imagen cortesía D.R.A
¿Justicia o ajuste de cuentas?
Este martes 11 de noviembre de 2025, en Lagos de Caujaral, Puerto Colombia, un allanamiento sacudió la residencia del ministro del Interior, Armando Benedetti. La orden fue impartida por la Corte Suprema de Justicia y ejecutada por agentes del CTI de la Fiscalía, en medio de una investigación por presunto enriquecimiento ilícito y otros delitos relacionados con su paso por el Congreso.
El procedimiento provocó una fuerte reacción del propio Benedetti, quien no tardó en descalificar a la magistrada Cristina Lombana, responsable de la diligencia, con epítetos como “loca”, “demente” y “delincuente” en su cuenta de X, anteriormente Twitter. Para él, el allanamiento no es solo un acto judicial sino un “abuso de poder”, cuestionando además la competencia de la Corte para investigar casos contra él, ya que afirma no ocupar ningún cargo público desde hace más de tres años.
El caso se ancla en acusaciones que datan de su tiempo en el Congreso, especialmente vinculadas al caso Fonade y a contratos polémicos asociados a la empresa Certicámara S.A. La vivienda objeto del allanamiento guarda su propia historia: se trata de una mansión que en otro tiempo perteneció a Álex Saab, señalado testaferro de Nicolás Maduro, y que ahora Benedetti ocupa bajo un contrato de leasing habitacional con el banco Scotiabank Colpatria.
Más allá del operativo, el ministro denuncia lo que califica como una investigación desmedida, que incluye a decenas de sus familiares, incluso menores de edad, en una “exploración planetaria” impulsada por una magistrada obsesionada con incriminarlo. “Está enferma y obsesionada conmigo”, escribió en redes, mientras asegura colaborar con la justicia, pero rechazando una persecución que percibe como injusta y arbitraria.
La Corte Suprema y la magistrada Lombana, hasta el cierre de esta edición, no habían emitido pronunciamiento alguno. En la incertidumbre queda la pregunta que muchos se hacen: ¿es este un acto legítimo para esclarecer posibles delitos o un capítulo más en la litigiosa trayectoria de un político bajo fuego? La justicia, aunque tardía, debe brillar sin sombras ni obsesiones.


