📸 Cortesía: foto suministrada por las autoridades / D.R.A.
¿CAE ‘BOLICHE’? EL TESTIGO QUE PODRÍA REMOVER LAS SOMBRAS DEL NARCOTRÁFICO
Miami, 18 de junio de 2025.
La mañana de este miércoles amaneció con el eco firme de una noticia que vuelve a sacudir los cimientos ocultos del crimen organizado y la corrupción internacional. Jorge Luis Hernández Villazón, alias ‘Boliche’, uno de los narcotraficantes más buscados de Colombia, fue capturado en la ciudad de Miami en una operación conjunta de autoridades estadounidenses y colombianas.
La detención tuvo lugar en las primeras horas del día en Miami, sin que se registraran incidentes violentos. Hernández Villazón, originario de la región vallenata, no solo está implicado en homicidios de alto perfil —entre ellos el asesinato de un socio cercano a Pablo Escobar— sino que también figura como un actor crucial en investigación y revelaciones de corrupción dentro de la DEA. Su nombre resuena además en vínculos directos con Álex Saab, el empresario colombiano bajo cargos de lavado de activos y corrupción internacional relacionado con el gobierno venezolano.
Lo que hace singular este episodio no es solo la captura en sí, sino el papel que ‘Boliche’ ha jugado en procesos de delación y colaboración con las autoridades. Su testimonio ha permitido desenmarañar redes criminales y, sobre todo, exponer las grietas de la DEA, además de aportar pruebas que complican judicialmente a figuras clave como Álex Saab. Este trasfondo convierte la operación en un golpe que trasciende la acción policial para revelar un entramado donde el crimen, la política y la corrupción se entrelazan.
Fuentes cercanas a la investigación han reconocido el valor del testimonio de Hernández Villazón para esclarecer conexiones históricas entre organizaciones del narcotráfico en el Caribe colombiano y funcionarios corruptos involucrados a lo largo del auge del cartel de Medellín y sus aliados. Este caso, que se remonta a episodios que marcaron la violencia de aquella época, abre esperanzas pero también interrogantes sobre la profundidad del entramado criminal y la red de impunidad que persiste.
En Colombia, la captura de ‘Boliche’ adquiere una dimensión particular ante la constante problemática de la utilización de menores por parte de grupos delincuenciales, un fenómeno que continúa siendo bandera de las llamadas “zonas de silencio” donde la justicia aún se dilata. El arresto genera expectativas pero también una preocupación latente: ¿servirá para erosionar realmente estas estructuras o solo será otro capítulo en una historia de demoras y sombras?
Mientras tanto, el interrogante queda flotando en el aire: ¿podrán las autoridades aprovechar esta oportunidad para poner fin a décadas de corrupción, violencia y silencio?