La energía eléctrica en el hogar es fundamental para el funcionamiento de prácticamente todas las actividades diarias, desde encender las luces hasta alimentar electrodomésticos, sin embargo, entender cómo funciona y cómo podemos usarla de manera segura y eficiente es clave para el bienestar de los hogares y el medioambiente.
Algunos dispositivos continúan consumiendo energía incluso cuando no están en uso, por tal razón se les conoce como «vampiros de energía». Así que si reducir el costo de la energía es un objetivo dentro del hogar, así podrás economizar significativamente la factura de luz.
1. Televisores: estos dispositivos pueden consumir entre 2 y 54 vatios, variando según su tecnología y tamaño. Desconectar los televisores que se usan con poca frecuencia y ajustar las configuraciones de ahorro de energía en el menú de configuración puede marcar una gran diferencia.
2. Computadoras de escritorio y portátiles: las computadoras de escritorio pueden consumir entre 60 y 300 vatios, mientras que las portátiles consumen de 30 a 200 vatios, por lo tanto, es aconsejable apagar completamente estos dispositivos cuando no estén en uso y desconectar los cargadores de la pared.
3. Módems: estos aparatos tienen un consumo relativamente bajo de 5 a 17 vatios, sin embargo, el problema radica en que están encendidos las 24 horas del día, así que desconectarlos durante las horas de sueño o cuando la casa está vacía puede contribuir al ahorro energético sin afectar el rendimiento de la conexión a internet.
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4. Cargadores de celular: aunque su consumo individual es bajo, dejarlos conectados continuamente puede sumar en la factura eléctrica. Desconectar los cargadores cuando no estén en uso es una práctica sencilla que puede ahorrar energía.
5. Consolas de videojuegos: las consolas pueden consumir entre 2 y 90 vatios. Es recomendable desconectarlas cuando no se estén utilizando, puesto que muchas continúan consumiendo energía, incluso, en modo de espera. Esta acción no solo ahorra energía, sino que también prolonga la vida útil de los dispositivos.
Implementar estos hábitos de desconexión puede no solo reducir la factura de electricidad, sino también contribuir a un uso más eficiente y consciente de la energía, beneficiando tanto al bolsillo como al medioambiente.
