
350 toneladas de cocaína que se ha incautado en Ecuador llegan semanalmente a una planta de tratamiento de residuos en las afueras de la capital de Quito, para descomponerlo junto con otros elementos como el vidrio, desechos de petróleo y fármacos vencidos que luego pasan a ser mezclados con el polvo, logrando así hormigón para construcciones.
Las autoridades ecuatorianas han usado este proceso con la droga que se junta en los centros de acopio de la Policía utilizando el llamado método de encapsulación, además de realizar este proceso con el propósito de llenar un hoyo de 15 metros de profundidad contando con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Este país busca convertir 83 toneladas de cocaína en hormigón para fines concretos.