# Colombia al borde del endeudamiento: ¿qué tan sostenible es esta carga?
La sombra del endeudamiento crece sobre Colombia.
Bogotá, mayo de 2025. La **deuda externa de Colombia** alcanzó un preocupante nivel de 201.136 millones de dólares en febrero del presente año, cifra que representa un 48% del Producto Interno Bruto (**PIB**). Este dato fue revelado por el Banco de la República en su último informe publicado este mes y refleja un aumento del 2,6% respecto a los 196.047 millones registrados en febrero de 2024.
Pero la preocupación no termina ahí. Según Fedesarrollo, la **deuda total del país** avanza hacia un signo rojo: se proyecta que la deuda neta del Gobierno Nacional se eleve hasta un 60,6% del PIB en 2025, un nivel que remite a épocas de crisis como la pandemia, y que supera ampliamente el límite que impone la Regla Fiscal, fijada en 55%.
Esta escalada tiene implicaciones serias para la **sostenibilidad fiscal** del Estado colombiano. El reciente Plan Financiero, actualizado en febrero, muestra cómo la deuda neta del Gobierno Nacional Central alcanzó en 2024 un 60% del PIB, aumentando 6,1 puntos porcentuales con respecto al cierre del año anterior. Son cifras que alertan sobre la capacidad del país para manejar este pasivo.
Los motivos detrás de este aumento no son un misterio. Se combinan el impacto de la fluctuación cambiaria, un balance primario negativo que indica más gastos que ingresos corrientes, y el alto costo financiero generado por la brecha entre las tasas de interés y el crecimiento económico. En conjunto, estos factores erosionan la estabilidad fiscal y prolongan la incertidumbre.
En cuanto a la composición de la **deuda externa**, el 56% corresponde a deuda pública —con un saldo de 112.996 millones de dólares— mientras que el sector privado acumula el 44% restante, que equivale a 88.140 millones. Dentro de la deuda pública, el 70% corresponde a obligaciones directas del Gobierno, un peso que obliga a reflexionar sobre la capacidad futura de repago y la posible necesidad de ajustes en las políticas fiscales y económicas.
Esta realidad invita a cuestionar: ¿podrá Colombia transitar sin tropiezos esta senda de creciente endeudamiento? La ciudadanía y los actores económicos esperan respuestas claras y estrategias que no solo retrasen el problema, sino que busquen soluciones estructurales para un país que mira con temor su horizonte financiero.
