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[PRIMER DESTELLO EN EL CEREBRO]
Este 9 de abril de 2025, en Bucaramanga, Colombia escribió una página inédita en su historia médica: se realizó la primera cirugía de estimulación cerebral profunda (DBS) para tratar la depresión resistente.
Lorena Rodríguez, una mujer de 44 años proveniente de Boyacá, fue la protagonista de este hito. Durante casi veinte años, Lorena cargó con un trastorno mixto de ansiedad y depresión que derrotó a todos los tratamientos convencionales: fármacos, terapias psicológicas, e incluso acercamientos espirituales y alternativas diversas. “Había intentado de todo —relató—, pero nada surtía efecto; mi cuerpo rechazaba los medicamentos, mi mente seguía atrapada en un vacío inquebrantable”.
La operación tuvo lugar en el Hospital Internacional de Colombia (HIC), bajo la dirección del neurocirujano funcional William Omar Contreras y un equipo multidisciplinario. Tras agotar las opciones tradicionales, decidieron apostar por la estimulación cerebral profunda, una técnica que implica implantar cuatro electrodos en zonas muy específicas del cerebro, conectados a un neuroestimulador subcutáneo —un pequeño dispositivo similar a un marcapasos— que envía impulsos eléctricos diseñados para reequilibrar la actividad neuronal alterada.
Durante seis largas horas, Lorena permaneció despierta mientras los cirujanos ajustaban en tiempo real la intensidad y ubicación de los impulsos, utilizando neuroimagen avanzada y tractografía para crear un mapa detallado del cerebro. “Es como lanzar un misil con millonésima precisión”, explicó Contreras, señalando la delicadeza extrema que exige la intervención.
Este avance no solo encierra un triunfo tecnológico sino también una esperanza para miles que sufren en silencio y ven dilatarse su acceso a tratamientos efectivos. ¿Cambiará esta cirugía el futuro de la salud mental en Colombia? La respuesta aguarda entre la ciencia y la incertidumbre, mientras Lorena comienza a caminar un nuevo camino, a la espera de que la luz de su cerebro arroje sombra al dolor persistente.
