📸 Cortesía: captura de pantalla video Noticias Caracol / X @MiguelUribeT
¿QUIÉN MUEVE LOS HILOS EN UN ATENTADO DESDE ECUADOR?
Un disparo que resonó más allá de Bogotá.
El sábado 7 de junio de 2025, en el parque El Golfito, ubicado en el barrio Modelia al occidente de Bogotá, el senador y precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay sufrió un intento de asesinato que sacudió la escena política nacional.
Los hechos, meticulosamente reconstruidos por la Fiscalía General de la Nación, señalan que quien tuvo un rol crucial en la trama fue Carlos Eduardo Mora González, el conductor del vehículo involucrado que facilitó el atentado. Capturado el 12 de junio en un control policial tras decidir entregarse, Mora González entregó una pieza clave para desentrañar la estructura criminal detrás del ataque. En sus declaraciones, reveló que bajo el mando de alias El Costeño —su jefe directo y organizador inmediato del crimen— operaba una jerarquía superior que respondía a alias El Churco, presuntamente ubicado en Ecuador.
La investigación detalla que, además de conducir el vehículo el día del atentado, Mora González realizó un reconocimiento previo del lugar el jueves 5 de junio. Desde el automóvil, entregó el arma —una pistola Glock calibre 9 milímetros— a un menor de edad que finalmente disparó contra Uribe Turbay. Las imágenes de cámaras de seguridad corroboran estos movimientos, mientras la Fiscalía le imputa delitos de tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas y uso de menores para actos delictivos.
Lo que emerge no es solo un ataque aislado, sino una red organizada con conexiones transnacionales que aún desafía la jurisdicción colombiana. La posible nacionalidad colombiana de El Churco y su accionar desde suelo ecuatoriano evidencian un entramado criminal más complejo y que obliga a plantear interrogantes sobre las capacidades institucionales para enfrentar estas amenazas. Sin embargo, frente a la gravedad de los hechos, las autoridades continúan profundizando en las pistas que pueda ofrecer este caso para esclarecer responsabilidades y evitar que la violencia siga erosionando la vida política del país.
¿Podrá la justicia colombiana desarticular esta red que desde fuera del país parece seguir tirando de los hilos? Por ahora, el atentado en El Golfito deja tras de sí una sombra tanto de inseguridad como de sospechas aún por resolver.