En su discurso de Año Nuevo, el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un ofreció a sus copartidarios y a la geopolítica contemporánea un panorama beligerante frente a la posición actual del país frente a sus relaciones con Corea del Sur y Estados Unidos. Afirmó estar aumentando su arsenal nuclear y estar preparando a su Ejército para un eventual conflicto.
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El líder autoritario norcoreano aseguró que no hay ninguna posibilidad de que se lleve a cabo una alianza con Corea del Sur, uno de los objetivos que más se ha buscado desarrollar desde los últimos años. Lanzó duras advertencias sobre las amenazas que este país representa para su nación al realizar ejercicios conjuntos con Estados Unidos.
Estas declaraciones del máximo líder norcoreano señalan una posible escalada de un conflicto que lleva años pausado y que, incluso, llevó a la desmilitarización de la frontera. Sin embargo, los ejercicios militares que Estados Unidos y Corea del Sur han llevado a cabo en los últimos meses como respuesta a las prácticas militares de Corea del Sur en la península podrían provocar una acción bélica liderada por Kim Jong-un.
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De acuerdo con el mandatario autoritario, “los despliegues y ejercicios nucleares de Estados Unidos en la región han convertido a Corea del Sur en una base militar avanzada y arsenal nuclear para Estados Unidos”. Aseguró, además, que ante una provocación o confrontación militar por parte de estas naciones, la única respuesta sería “aniquilarlas totalmente”.
En septiembre de este año, Kim se reunió con Vladimir Putin en Rusia, encuentro en el que acordaron una mayor cooperación militar entre ambos países, incluso en medio de la guerra que Rusia está llevando a cabo contra Ucrania, por lo que un conflicto más podría escalar en una guerra de mayor alcance y magnitud.
