Foto: KCNA
El régimen de Kim Jong-un sigue representando una amenaza constante para Corea del Sur, no solo por las declaraciones hechas por el máximo líder norcoreano, sino por un ejercicio militar o de amenaza que se llevó a cabo en las últimas horas en zona marítima fronteriza de ambos países.
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Este viernes, Kim Jong-un ordenó disparar más de 200 proyectiles de artillería a la frontera de amortiguamiento que constituye los límites entre ambas Coreas. Los misiles cayeron cerca de las islas surcoreanas Baengnyeong y Yeonpyeong, que posteriormente ordenaron ser evacuadas por el Gobierno de Corea del Sur.
El lugar al que fueron dirigidos estos misiles es la frontera marítima entre ambos países, una zona delimitada por las Naciones Unidas en 1953 después de que terminara la Guerra de Corea. Desde entonces, en tierra se encuentra un área fronteriza conocida como la zona desmilitarizada, debido al acuerdo de ambas naciones de no atacarse.
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Aunque los misiles enviados por Corea del Norte no impactaron directamente en su vecino del sur, sí constituyen una amenaza latente para la seguridad nacional. El Ejército de Corea del Sur calificó esta acción como una “provocación que tensiona las actividades militares entre ambas partes”, exigiendo al régimen de Kim que se detenga de inmediato.
Hace algunos días, en su discurso de Año Nuevo, el dictador norcoreano aseguró que, ante cualquier provocación o ataque de Corea del Sur o Estados Unidos, la reacción de su país sería ocasionar la aniquilación inmediata de ambas naciones, por lo que las tensiones han ido incrementando desde que inició el año.