📸 Imagen cortesía D.R.A
¿Justicia para las botas desechadas?
Este lunes 15 de abril de 2025, la Corte Constitucional de Colombia sentenció un acto de memoria herida: ordenó al representante a la Cámara Miguel Polo Polo pedir disculpas públicas y restituir unas botas que retiró y tiró a la basura en la exposición artística “Mujeres con las botas bien puestas”.
La historia se remonta al 6 de noviembre de 2024, cuando Polo Polo, desde el Congreso, grabó y difundió en redes sociales la acción de desechar las botas que formaban parte del homenaje a las víctimas de falsos positivos. Esta muestra, creada por las Madres Víctimas de Falsos Positivos (MAFAPO) junto con artistas aliados, busca conservar viva la memoria de los 6.402 jóvenes asesinados y presentados falsamente como enemigos, condenados sin juicio y recordados en cada par de botas expuestas.
La Corte, en voz de la magistrada Paola Andrea Meneses Mosquera, concluyó que con esa acción el congresista no solo violentó la memoria histórica, sino que también insultó la dignidad y la búsqueda de verdad y paz que esas botas simbolizan. Por ello, ordenó la devolución física de las botas y, en caso de imposibilidad, que las partes acuerden una restitución simbólica. Además, Miguel Polo Polo debe emitir disculpas públicas en sus redes sociales y el Congreso está obligado a reinstalar la exposición bajo estrictas garantías de respeto.
El fallo revela un choque profundo: ¿cómo se reconstruye la paz cuando aún persisten heridas abiertas y gestos que parecen negarlas? La decisión judicial implica más que una corrección formal; es un llamado a reconocer que la memoria y la verdad son cimientos que no deben ser erosionados por actos de desprecio o indiferencia.
Mientras tanto, la sociedad colombiana observa y pregunta: ¿será posible avanzar hacia la reconciliación cuando la provocación se abre paso desde los escenarios mismos del poder? La incógnita queda en el aire, pero la exigencia por respeto y justicia, esa, continúa firme como las botas que nadie ya podrá borrar.
