El pasado domingo, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, el embajador israelí en Colombia Gali Dagan confirmó las primeras acciones que tomó este país frente a las declaraciones del presidente Gustavo Petro en referencia al conflicto bélico que viven Israel y Palestina desde hace diez días.
Mediante un comunicado, se le informó al país que el embajador Jonathan Peled, subdirector general para América Latina en la Cancillería israelí, “convocó a la embajadora de Colombia en Israel, Margarita Manjarrez, para una conversación de reprimenda, tras las declaraciones hostiles y antisemitas del presidente de Colombia”.
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De acuerdo a este comunicado, “Israel condena las declaraciones del presidente que reflejan un apoyo a las atrocidades cometidas por los terroristas del Hamás, avivan el antisemitismo, afectan a los representantes del Estado de Israel y amenazan la paz de la comunidad judía en Colombia”.
Por ello, Israel tomó la decisión de suspender las exportaciones de seguridad a Colombia, lo que se traduciría en detener el envío de materiales para armamento y repuestos de uso militar.
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El presidente Petro, en respuesta a esta medida, sentenció que “si hay que suspender relaciones exteriores con Israel, las suspendemos. No apoyamos genocidios”. A su respaldo, salió el canciller Álvaro Leyva, a través de sus medios personales, no de la Cancillería.
Según él, “La historia de la diplomacia universal consignará como hito la patanería insensata del embajador de Israel en Colombia para con Gustavo Petro”, afirmando que lo mínimo que el embajador Dagan puede hacer es “pedir excusas e irse”. Aunque luego afirmó que no pretendía expulsarlo, siguió exigiendo respeto por Petro, añadiendo que “Las relaciones con Israel se mantendrán si este país así lo desea”.
